La primera vez que vi un Lirón Careto me hizo mucha ilusión seguido de una frustración inmensa. Apenas lo percibí por unas décimas de segundo, lo suficiente para identificarlo y versentír como se metía debajo de la rueda del coche que conducía.
Para mi suerte fue la primera pero no la única ocasión que he tenido de verlos. Los lirones resultan simpáticos, para casi todo el mundo, incluso para quienes las ratas y ratones les producen un profundo rechazo un lirón careto se les antoja divertido.
Mucha gente se sorprende que en un paisaje tan árido y extremadamente seco como la sierra litoral de Cartagena haya Lirones, a los cuales asociamos con paisajes muchos más boscosos de encinares y monte mediterráneo, pero ciertamente y aunque la imagen que puedan dar esté más cerca de la que ofrece un jerbo del desierto, haberlos haylos y aunque no me atrevería a decir que son comunes, pero desde luego no es rara su presencia. Sólo es necesario conocer un poco sus costumbres, algunos rastros y buscar en el lugar adecuado.