Primera prueba de campo con la Nikon adaptada para grabar con luz infrarroja. Éxito absoluto.
Las ginetas colaboraron (aparecieron las dos) y se dejaron grabar durante dos horas interactuando entre ellas.
Los problemas técnicos que eran los de esperar: fuera del visor de cámara está negro absoluto (y más estos días nublados y sin luna), sin pierdes a la gineta en el visor hay que barrer alrededor tuya con la cámara para descubrir donde están y esto con un tele (grabación hecha con 80-200 f/2.8) es incómodo. El autofoco y el enfoque funciona perfectamente (aunque apenas lo uso) lo cual no deja de ser sorprendente dada la poca luz que emiten los focos (estos).
Ya incluso antes de ser noche cerrada, cuando a simple vista costaba percibir bien los detalles del entorno la cámara permitía ver mejor que a simple vista (algo que normalmente es justo al revés) (imagino que la eliminación del filtro infrarrojo ha aumentado también en algún grado la sensibilidad del sensor a luz ambiente).
El único problema innesperado con el que me he encontrado ha sido descubrir lo sorprendentemente molesto que resulta apartar la vista del visor (iluminado por los focos) al exterior (perfectamente obscuro), ya te quedas completamente ciego pero sólo de un ojo y que al no tener luz con que re-equilibrarse pues te deja por bastante tiempo tuerto. Acabé encendiendo el frontal un segundo para “curarme” … y descubrir que tenía a la gineta a mis pies! :D