La mansedumbre de las aves de las islas Galápagos es legendaria, Ch. Darwin dedica ni más ni menos que 2 de los 8 capítulos que escribe acerca del archipiélago en El viaje del Beagle de septiembre de 1835 y titulados «La mansedumbre de los pájaros – El miedo al hombre es un instinto adquirido» a comentar estos comportamientos:

Es este carácter común a todas las especies terrestres, es decir, a los mirlos, pinzones, reyezuelos, papamoscas, palomas y buitres carroñeros. Todos se os acercan lo bastante para poder matarlos a palos y hasta para poder cogerlos, como yo mismo traté de hacerlo, y casi lo logré, con el sombrero. El fusil es un arma poco menos que inútil en estas islas; yo he llegado a empujar a un halcón con el cañón. Un día que estaba sentado en el suelo vino un mirlo a posarse en el vaso de concha de tortuga que tenía yo en la mano y se puso a beber en él; mientras estaba bebiendo levantaba yo el vaso del suelo sin que el animal se estremeciese.

De todo aquello ya apenas queda nada.

     
  Patas azules  
  Patas azules  

Sí,cuando uno llega al aeropuerto de Baltra se lo encuentra lleno de turistas yanquis consumiendo en el bar y pinzones revoloteando por las mesas y viceversa. En Puerto Ayora se posan en la mesas del restaurante y se comen cualquier migaja (los pinzones, digo) antes de que el camarero llegue a pasar su trapo húmedo y en el muelle es fácil ver garzas de lava tratando de pescar algún pececillo a pocos metros de una videocámara que los graba inmisericorde. Sigue leyendo…