Hoy, despues de muchas aproximaciones, han entrado las cotorras al comedero, ya solamente la entrada ha sido bastante peculiar, aunque viendo como las gastan con los gorriones imagino que a ellos no les hará tanta ilusión.
Es curioso que un pájaro que llegó aquí como animal de compañia se comporte en libertad de forma tan esquiva y distante mientras que los gorriones que ni siquiera sobreviven en cautividad se pasen el día olisqueando en casas y calles.
La primera vez que llegué a ver a estas Cotorras argentinas (Myiopsitta Monachus) fué a finales de los 80 cuando me llamaron desde el pueblo de Las Palas (Murcia) con un «vente pa’ca a hacerles fotos a unos loros que están criando en un eucalipto!«. Por entonces el tema de las cotorras (al menos por esta zona) era bastante raro y apuesto a que la mayoría eramos de la opinión de que acabarían desapareciendo tan rápido como habían aparecido.
En Las Palas pude hacerle unas fotos relativamente buenas a un enorme nido en forma de bola (más de 1 metro de diametro) y a sus dos ocupantes. Creo que las fotos terminaron saliendo en algún artículo de Quercus y en la SEO.
Hoy en dia son bastante comunes y fáciles de ver y de escuchar (su escandoloso «canto» fué principal motivo de su asilvestramiento) y por lo leido en el blog de Forestman pueden llegar a dar bastante quebraderos de cabeza.