Estamos en tiempo de sapos, los de la foto son alevines de Sapo corredor (Buffo calamita), y con un poco de suerte en un par de meses y gracias a estas lluvias tardías, como en la foto, muchas de las antiguas balsa de riego hoy abandonadas hervirán literalmente de pequeños sapillos.
El problema es que muchos de estos nuevos sapos morirán por no poder escalar las paredes de la balsa en la que nacieron. De vez en cuando en estas temporadas, Merche y yo recorremos algunas de estas balsas rescatando a los adultos que habían entrado a desovar, y que acabarían muriendo de innanicción ó simple agotamiento. Sacando mochilas llenas de sapos. Después construimos rampas de piedras y tierra por la que los alevines puedan salir de la balsa.
Si uno de estos sapillos llega a adulto, es que el lugar donde nació no estaba tan mal, así es que cada año los sapos vuelven a criar al lugar al que nacieron, y se vuelve a repetir la historia.
Si estos días salen al campo, recuerden que los sapos no los machos de las ranas, solo entran al agua para reproducirse, el resto del año viven y se alimentan en secano. Si sacan a los adultos (despues del desove, claro, no les hagan la puñeta) les harán un favor, si construyen una rampa, además se lo harán a sus crías. Solo tengan la precaución de no chuparlos.
Nos vamos un par de dias al Rio Castril (mañana viernes es fiesta en Cartagena), a la vuelta les enseño fotos, si el tiempo nos lo permite.