Sierra de la Muela
martes, 1 de julio de 2003Al Oeste de Cartagena, en la costa, se extiende la Sierra de la Muela.
Tradicionalmente La Muela ha sido y sigue siendo un paraje natural, relativamente bien conservado gracias en buena medida a las escasas vias de acceso, solo un camino de tierra y cerrado con cadena permite subir hasta casi la cima. Esto ha ayudado a que allí se encuentren especies como las Aguilas Perdiceras, Buho Real y Halcon peregrino que dificilmente podrian hacerlo en otras zonas, proximas y de mucho mas «facil» acceso.
La sierra es una sucesion de lomas y barrancos mas o menos abruptos que se extienden desde la rambla que desemboca en las playas del Portus hasta poco mas allá del Cabo Tiñoso. No hay cursos de agua permanentes, tan solo 3 o 4 pequeños manantiales muy dispersos y en algun caso bastante ocultos. Conociendo el camino, se puede cruzar la sierra y salir por la Azohia en unas 5-6 horas.
La senda cruza la sierra de la muela y baja hasta la costa, atravesando pequeñas calas como Cala Aguilar, El Bolete o la Cala de la Cruz.
Repobladores espontáneos
domingo, 23 de marzo de 2025 (Hace más de 1 mes)En la finca tenemos unas 30 higueras, de todos los tamaños. En cierta ocasión se me ocurrió fotografiarlas todas para, con el paso de los años, ver como van creciendo.
Mientras estaba haciendo las fotos me di cuenta de un detalle. Si tenéis buen ojo naturalista lo veréis en las fotos.
Casi la mitad de la higueras tenían palmitos (Chamaerops humilis) creciendo debajo.
El naturalista aficionado dirá «claro, debajo hace fresquito, humedad y está protegida del sol«. El naturalista experto te dirá: «claro, las higueras y los palmitos fructifican ambas en otoño y por el sureste son fuente de alimento habitual de zorros y tejones. Cuando estos visitan las higueras al final del verano suelen llevar el estomago lleno de «regalitos» de visitas anteriores. Las semillas de higuera se pueden destruir fácilmente con la masticación, pero las semillas de palmito soportan (e incluso requieren) la masticación y la digestión.» Sigue leyendo…
Robos de cámaras, casi robos, desapariciones y aplausos
jueves, 1 de abril de 2021 (Hace más de 1 mes)Obviamente cuando te dedicas a hacer fotografía y fototrampeo de fauna y parte de esta actividad se basa en abandonar dejar el equipo en el monte con un mecanismo electrónico que hace las fotos por tí, la posibilidad de encontrarte con algún amigo de ajeno se contempla entre las primeras opciones de la lista de peligros.
Comentaba el otro día con un amigo este tema sobre como evitarlo reducirlo y estuve recordando algunos de los robos, intentos y no-intentos que llevo durante estos últimos años. Como os podéis imaginar llevo ya unos cuantos robos, algunos bastante rocambolescos otros incluso divertidos y en general el resultado no es tan negativo como se podría llegar a pensar. También hay buena gente.
Casi a modo de ficha policial os cuento todos los incidentes sufridos en los últimos 7 años de fototrampeo y de los que ya acumulo unos cuantos (aviso: apunte largo). Algunos ya los conocéis, otros son más recientes y graves y no los he contado hasta ahora (sobre todo el último) Que cada uno saque sus conclusiones, pero ya os digo no todo en el monte son bandoleros:
1. Estreno con delincuentes rurales
Equipo: Cámara de fototrampeo estándar.
Año: 2014
Resolución: feliz
Sucesos: Mi primer robo sucedió en La Srra. de La Muela (como todos, claro) de Cartagena. Tenía dos cámaras de fototrampeo en un palmital bastante remoto y en varios años no he visto nunca pasar a nadie, excepto uno de los pastores habituales de la zona.
Llevaba moviéndome por allí un par de meses y en una de las visitas a recoger las fotos me llevé la desagradable sorpresa: una de las cámaras había desaparecido. Me fui a recoger la segunda. Aunque ya estaba seguro de que el pastor era el responsable (todo lleno de excrementos de ganado) las imágenes de la segunda cámara me lo confirmaron, no salía él pero si todos sus perros. Desmonté la segunda cámara y me fuí para su casa (la ventajas de conocer bien una zona es que también conoces bien a sus gentes).
Como un mafioso de tres al cuarto lo estuve esperando en su casa, todavía andaba por el monte. Al llegar lo saludé cordialmente y todo lo amable que pude le pedí que me devolviera la cámara. El negó todo y dijo no saber de qué estaba hablándole. Traté de convencerlo argumentando que prácticamente eramos los únicos que nos movíamos por determinada zona. Sin bajarse del burro seguía negándolo todo.
Entonces se me ocurrió el argumento definitivo: le enseñe la otra cámara y le dije algo como «esta otra cámara no la has visto! se la voy a llevar a la Guardia Civil y que decidan ellos!».
Obviamente la cara le cambió de tal manera que las pocas dudas que pudiera tener sobre su responsabilidad se esfumaron. Me devolvió la cámara (que había escondido entre las rocas cerca de su casa) y se disculpó como buenamente pudo.
Pude recuperar la cámara en perfecto estado y un montón de grabaciones desde dentro de la mochila del pastor.
A mejorar: Para atar la cámara al tronco del palmito eliminé bastante hojas secas para despejar un poco el tronco. Si bien la cámara estaba razonablemente bien camuflada cometí la torpeza de dejar las hojas en la base del tronco con lo que llamaba mucho la atención desde bastante lejos. Para la próxima lo mejor es recoger los restos de la poda y dispersarlos por el monte.
Ratón de campo, ratón de ciudad
martes, 4 de agosto de 2020Una de las cuestiones que más me ha intrigado desde que empecé a fototrampear en la sierra litoral de Cartagena ha sido (y es) la ausencia de ratones en nuestros montes. De hecho hay tan pocos que tardé mucho en darme cuenta de que había grabado casi todos los mamíferos y apenas tenía media docena de vídeos en los que se dejase ver un ratón (de cualquier especie). Habían salido ginetas, gatos, tejones e incluso ratas de campo y lirones caretos, pero ratones ni uno.
Mientras que para el resto de micro y mesomamíferos bastaba con poner la cámara y esperar a ver quien pasaba por allí, con los ratones no era suficiente este «fototrampeo genérico» o ibas a por ellos o no salía ni uno.
¿Podía ser una cuestión de tamaño? ¿Siendo más pequeños cabía la posibilidad de que pasasen por delante de cámara y esta no se enterase? Pues es una posibilidad. Pero como digo si había sacado «por accidente» ratas y lirones. De hecho me gusta poner las cámaras muy cerca del suelo por eso mismo, para asegurar que salen los pequeños que pasan cerca como los más grandes a cierta distancia.
El caso es que me dediqué (y aún sigo) a poner cámaras en ubicaciones/condiciones/cebos específicamente pensados para estos micromamíferos y después de varios años siguiéndoles el rastro, he llegado a la conclusión del principio: hay pocos ratones en nuestros montes, casi diría ridículamente pocos.
Esto es muy llamativo si tenemos en cuenta que ratones y conejos suelen ser tradicionalmente la base de pirámide ecológica. Si la base de la pirámide es estrecha por fuerza la pirámide va a ser pequeña.
¿Cual es el mótivo? pues a falta de algún estudio que lo corrobore podemos especular. Personalmente sospecho que por su ecología la sierra litoral de Cartagena, extremadamente árida y rocosa favorece más a especies como lirón careto y rata de campo que a ratones (Apodemus silváticus y Mus spretus) mucho más propios de zonas herbáceas.
De hecho si hiciéramos un dibujo del biotopo ideal para buscar ratones (sobre todo Mus spretus, Apodemus en con diferencia mucho más raro) sería el de zonas de hierba y arbustos espinosos muy densos, intransitables, especialmente en laderas de umbría. Si nos subimos en la ladera hasta llegar a zonas abiertas de roquedos los ratones son reemplazados de forma fulminante por los lirones. Si nos bajamos hacia las ramblas son reemplazados por ratas de campo.
Pero este «biotopo ideal» se repiten en muchos sitios y en un 90% de los casos no hay ratones sino ratas de campo (especialmente cuando la vegetación contiene palmitos). ¿Porqué en un 10% de los casos las ratas no están presentes y sí lo ratones? pues sinceramente no tengo ni idea. ¿tipo de vegetación? El caso es que si cojo el mapa de la sierra de La Muela y marco donde he podido grabar algún ratón apenas necesito dibujar media docena de círculos y muchos de los cuales cuando he vuelto a buscarlos ya habían desaparecido.
El caso es que he encontrado una de estas ubicaciones en las que hay ratones, y además de los dos especies, compartiendo amigablemente territorio (y comida) y donde no he grabado ni un rata ni un lirón.
Llevo más de un mes grabándolos. Empecé con luz infrarroja que es mucho más tolerada y permite grabarlos sin los sobresaltos de la luz blanca.
Ahora que se han acostumbrado al equipo de fotografía y sus ruidos estoy cambiando para grabarlos con luz blanca y parece que empiezan a tolerarla relativamente bien.
Es un pequeño herbazal en mitad de una ladera donde comparten espacio al menos una pareja de ratones de campo y no menos de 6 o 7 ratones morunos.
Si bien los ratones morunos de la comparativa al final del vídeos son mayormente juveniles se aprecia una buena diferencia de tamaño entre ambas especies que habitualmente se suelen confundir.
El ratón de campo es más grande y robusto, con los ojos muy saltones y tiende a desplazarse a saltos (como un minicanguro). Los ratones morunos (idénticos a los ratones caseros) son más pequeños, «fusiformes» y aunque suelen brincar al mínimo sobresalto se desplazan sobretodo correteando, como reptando, sobre el suelo.
Cabezo de las Estancias
domingo, 7 de junio de 2020El cabezo de las Estancias (456 mts) no es la cima más alta del ENP Sierra de la Muela (de hecho es sólo la tercera en altura), tampoco es la más llamativa ni bonita, es una morra desolada entre cabezo Colorao (espectacular al atardecer) y Garabitos (una meseta amplia y visible desde lejos).
En cambio tiene un record que no supera ningún otro lugar del espacio natural: si bajamos desde la cima hasta encontrarnos con la costa llegamos al punto terrestre en que más nos podemos alejar de cualquier zona permanentemente habitada, unos ridículos 3,18 kmts (aprox. el triple andando). Un área circular de unos 32 kmts cuadrados (la mitad de los cuales son marinos). Es lo máximo que un animal o un asocial practicante puede alejarse de la presencia humana. Sigue leyendo…

Trebol-a lo archivó en Curiosidades, Drone, Imagen y Naturaleza
Garduña
miércoles, 27 de mayo de 2020Recuerdo el primer fototrampeo que conseguí de Garduña (Martes foina) con bastante ilusión. Había logrado ya imágenes de todos los carnívoros de la Sierra de La Muela, gato montés, gineta, tejón… pero la Garduña se me resistía. Así es que me dediqué casi en exclusiva una temporada a tratar de localizarla. Me costó, pero cuando por fin lo conseguí se me escapó un «toooma!!» que me salió directo desde el estómago. Desde entonces procuro no perderles la pista.
Son bastante más escasas que las ginetas, al menos en la sierra litoral, casi a nivel de gato montés y además son bastante esquivas, no dejándose grabar fácilmente. En cuanto se enciende una luz o se dispara un flash recelan y se largan. Suelen habitar roquedos bastante recónditos y de difícil acceso aunque se las suele culpar de destrozos en gallineros en zonas rurales.
Y ciertamente toda la tranquila y parsimonia que aparentan las ginetas en la garduña es justo al contrario. Son puro nervio. Hace ya tiempo que dejó de ser novedad llegar a la cámara y encontrarme los cables hechos trizas, en trocitos repartidos por el suelo.
El último todavía lo tengo por aquí esperando reconstrucción. El cuerpo de la Nikon tiene una esquina con restos de mordiscos. Han cortado la cinchas de nylon de las cámaras de trampeo varias veces. En una sesión de fotos reciente, volcaron el trípode con la nikon encima (que pesa un varios kilos) y también los cuatro trípodes de focos y sensor de movimiento, cortados varios cables e incluso cortado los cables de una batería Lipo (que debió darle un buen chispazo). Parecía que hubiera pasado Atila con sus caballos. Afortunadamente la vegetación amortiguó las caídas del equipo y no hubo mayores desgracias.