Cada vez que oigo a alguien decir que «hay que limpiar el monte» me acojono, sinceramente, no puedo evitar imaginarme enloquecidas brigadas de peones amarillos azuzadas por algún capataz con aires de negrero y barriendo/desbrozando el monte a su paso al grito de «quiero ver mi cara reflejada en el suelo!! esto es un asco!! tó lleno de yerba!!… mira!! hay hasta un bicho!!«.

Pinus canariensis, El Pinar, El Hierro - CanariasPinus canariensis, El Pinar, El Hierro – Canarias

Trágicamente este sentir se ha extendido casi a la misma velocidad que el fuego a lo largo del verano y tristemente, también, en personas/colectivos que uno esperaría menos dispuestos al alarmismo y a la legislación en caliente, cuando se proponen cosas como «limpiar el monte» cuando el fuego aprieta ó te dá por medir «el agua que los rios desperdician en el mar» si hay sequía agobia.

Obviamente estoy decididamente en contra de esa ajardinamiento y/o domesticación del monte que subyace detrás de la «limpieza de nuestros montes«, por muchos motivos, estos son algunos: Sigue leyendo…