La otra mañana nos fuimos a probar de nuevo el flash submarino.
Sí, lo sé, este flash es una esclavitud (<- chiste fotográfico), pero estaba yo poco conforme con ese testeo del otro día in the waterline, así es que, sacrificado que es uno, nos hemos ido con las botellas al Portús. Una hora y cuarto bajo el agua está mejor que bien para ser mi cuarta-quinta inmersión.
Cuando Paco/Iratxe cerraron el club de buceo les compramos dos botellas, teniendo todo el resto del equipo y saliendo a bucear de costa el coste de las inmersión es ridículo: 1€ por botella recargarla en Decathlon (7-15 en clubs y otros centros especializados. Sí, 10 ó más, luego que venga la cámara de comercio a cantarme milongas de apoyo al pequeño comercio). Sigue leyendo…