Biopinchosidad es un término que me inventé mientras me ocultaba para fotografiar las fabulosas Oropéndolas y que viene a darnos la diversidad de pinchos, espinas, zarzas, tojos, cardos, astillas, aguijones y agujas varias que se desarrollan, crecen, florecen y fructifican en el espacio tu culo ocupa al sentarte en el suelo de una ladera mediterránea.

Hay multiples factores que definen la biopinchosidad, pero los más relevantes serían sin duda:

  • Cuanto más corto sea el pantalon que llevas más biopinchosidad
  • Cuanto más calor hace más biopinchosidad
  • Cuanto más ocupadas tengas las manos más a la altura de los ojos se desarrolla la biopinchosidad
  • Básicamente hay dos tipos de pinchos: los que llegan hasta el hueso y los que llegan hasta la médula. En la naturaleza suelen crecer en ese orden.
  • No importa cuantas veces se limpie una zona para sentarse y del esmero se le dedique, solo su culo es capaz de encontrar ese pincho enorme que ni sus manos ni ojos fueron capaces de descubrir.
  • Una pua se dobla, un pincho no. Un pincho se rompe produciendo dos pinchos nuevos. Este bucle se puede repetir hasta el infinito.
  • Los pinchos se multiplican por pinchos. Cuanto más pinchos tengan más pinchos habrá.
  • Si usted sale al monte con sandalias las probabilidades de descubrir un iberoafricanismo se multiplican por n.
  • Todos los iberoafricanismos tienen espinas.
  • Usted puede limpiar el terreno sobre el que se va a sentar hasta el nivel del subsuelo, solo para descubrir que las raices de los pinchos también tienen espinas.
  • Tratar de quitarse una pincha del pie con la mano sirve para asentar la pincha que llevabamos en la mano.
  • Principio de Heisenberg a la incertidumbre pinchosa: cuanto mejor conozcamos la posición de un pincho menos sabremos de su reacción a una patada. Y viceversa.