Retratos del Petirrojo que vive por casa
jueves, 19 de febrero de 2015Normalmente sobre el mes de Octubre comienzan a dejarse ver por casa los Petirrojos. Ráramente algún mes de primavera o verano ha aparecido alguno, sospecho que alguna pareja ha criado excepcionalmente por aquí cerca (vivero municipal). Para esa época instalado un comedero en el patio que enseguida lo ocupan las Currucas cabecinegras, un colirrojo, un petirrojo y varios Mirlos. Este año la nueva mezcla para insectívoros ha tenido (y sigue teniendo) tal éxito que me he visto obligado a instalarla fuera del alcance de los Mirlos. Estos son extremadamente voraces y la mezcla que al resto les dura 14-15 días estos se la zampan en 2 días, pero sobretodo en el tiempo que están por casa son un auténtico tormento rompiendo y destrozando macetas y semilleros.
Así es que me decidí a colgar la comida de una redecilla (cesta de cebollas) de tal manera que ahora se requiere cierta destreza para acceder a la comida. Los mirlos no la tienen, y el Petirrojo así-así. No se cuelga de la redecilla como hacen las currucas ni vuela tan bien como el Colirrojo para picotear la comida en vuelo (lo hace pero parece que le cuesta bastante más) así es que se la pasa correteando por el suelo y comiéndose lo que cae de la red cuando se posan las currucas. El pobre ha pasado de comer «a-dos-manos» a picotear los despojos que caen del árbol.
Ahora se pasa el día entero en el patio, castigando a los insectos de la compostadora, limpiando las macetas y curioseando por entre la cocina en cuanto nos dejamos la puerta abierta.
Claro, de vez en cuando le silbo y le echo bolillas de comida que devora rápidamente.
Ya va reconociendo mi voz, y ahora en cuanto le silbo aparece de detrás de alguna maceta y se planta delante esperando su ración.
Todavía no he conseguido que coma de la mano, pero si que se acerque a 20-30 ctms. sin pensárselo demasiado.
En general suele pasar el tiempo recorriendo el suelo, por entre los rincones más oscuros del suelo del patio, junto a la compostadora. Cuando aparece algún Mirlo huye y se refugia en algún rincón del patio como si hubiese visto un Gavilán, y cuando acude el Colirrojo salta como un demonio a perseguirlo como si fuese su peor enemigo. Con las currucas su relación es mucho más compensada, el macho (piedra) le hace amagos de ataque que lo pasman, él (tijera) se los hace a la hembra y la hembra (papel) al macho que la acompaña. De vez en cuando se encuadra en mi Windows como si fuese un widget y me mira como tecleo en el ordenador con cara de «bueno-aquí-no-se-come-nunca-o-qué!«.
Resulta simpático verlo cuando está saciado de comer, entonces suele instalarse en alguna rama discreta, se hace una bola y canturrea en voz muy-muy baja, como si estuviera tarareando alguna canción famosa mientras ve pasar el día.
Salva
#1/ 19 de February/2015 a 21:54:30
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Que bueno lo del peti. Recuerdo estar por el campo y ver ejemplares que se acercaban a mí sin miedo, y otros que sólo se les escuchaba y es muy difícil verlos. Molan las fotos.
Copépodo
#2/ 20 de February/2015 a 03:35:40
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Encantadoras imágenes, menuda nitidez. Eso sí que es un buen vecino, aunque sea algo gorroncete
Pobrecito hablador
#3/ 21 de February/2015 a 18:51:36
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<Un lujo.
"Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla. ... ", decía Confucio.
iVan
#4/ 01 de March/2015 a 10:55:25
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Hola, enhorabuena por las fotos,te llevo siguiendo un tiempo y me gusta el enfoque que le das al blog, sigue así.
Un saludo!
Trebol-a
#5/ 01 de March/2015 a 12:00:23
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Gracias Ivan & company por pasaros y comentar. ;)
17 de November, 2024 @ 21:28