Camino de cabo Tiñoso
sábado, 10 de agosto de 2013 (Hace 137 dias)Está costando porque por sólo ahora empieza a soplar, fuerza 1 o 2. He soltado otra bacoreta pequeña.
La selva de Cuyabeno
jueves, 1 de agosto de 2013 (Hace 146 dias)Hasta la fecha, cada vez que al salir de viajes repasábamos el equipaje para no olvidar nada, de forma machacona yo repetía «bueno, si nos olvidamos de algo siempre podemos comprarlo en el destino, que nos vamos a la selva!!«. Por fín dejó de tener sentido la dichosa frase y por fín esos pantalones de explorador selvático que viste todo el que ha pasado por Decathlon iban a tener razón de ser.
La reserva faunística de Cuyabeno está situada al este de Ecuador haciendo frontera con Colombia y Peru. Es el comienzo de la selva Amazónica que se desarrolla prácticamente desde el pié de los Andes hasta costa este de Sudamérica. Es decir se encuentra en el extremo opuesto de las islas Galápagos, y más de un sentido.
Galápagos es árido y seco, Cuyabeno es húmedo y lluvioso. En el primero se estudia la colonización de nuevos territorios y como las formas de vida van evolucionando en ellos, en el segundo hasta que punto esta evolución llega a producir individuos hiper-especializados. Las islas son un terreno abrupto y montañoso de roca volcánica incapaz de retener agua y formar cursos permanentes de agua, la selva es un inmensa llanura donde el suelo apenas tiene consistencia para mantener en pie gigantescos árboles y donde el agua dulce es tan abundante que es casi el único medio de transporte posible. En uno podremos recrearnos fotografiando la fauna que posa complaciente delante de nuestras narices, en el otro no hay manera de mantener contacto visual con ningún animal más allá de unos segundos.
Sí, ambos están en el mismo país, pero son dos mundos completamente distintos. En de la provincia de Galápagos está pensado para cuidar y mimar al turista, al científico y proteger el entorno. En de la provincia de Sucumbios conviene andarse con cuidado de a donde/como/cuando se va. Uno puede meterse en situaciones potencialmente peligrosas no solo con las anacondas, o enfermedades verdaderamente desagradables sino con grupos de personas armadas con pocos reparos a la hora de ponerte el fusil en la cara.
Últimos preparativos
jueves, 18 de octubre de 2012 (Hace más de 2 meses)El sábado me toca, vuelo a Madrid-Quito-Galápagos, ahora toca ir finiquitando asuntos. El alimentador de peces no va a ser en esta ocasión el Sr. Arduino sino otra máquina de la programación pero con patas. Billetes (boletos) electrónicos impresos. Malarone para la selva. Tarjetas de memoria suficientes y alguna más. Adaptadores de enchufe americano. Bolsa estancas para equipo de fotografía.
Estuve naufragando un rato buscando algún mapa topográfico de islas Galápagos y selva ecuatoriana que meter en el GPS que la memoría es tan confiada como falsa, pero con poco éxito, poca definición ó ambas cosas. Pensaba, «si tuviera la definición que tiene openStreetmap sería ideal!», «oye, y si….» Bingo, bendito opensource otra vez sacándonos del apuro. Desde la página de Alternativaslibres.es podéis descargar los mapas de openStreetMap (callejeros o topográficos) listos para subir al GPS: descargar ZIP, descomprimir ZIP subir IMG al dispositivo. Voilá! todo Ecuador en un único archivo de 112 Mg. Ya puedo desesperarme en el avión con plena conciencia de turista.
Por este mismo motivo, porque son muchas horas de vuelo y muchos plantones aeroportuarios quería llevarme mi viejo movil. En su tarjeta de 512Mb lleva música, fotos, juegos, planetarios, emisora de radio, etc… Hasta le he metido un episodio entero de Futurama.v4 en 3GP.
El problema es que la batería (debe tener ya 7-8 años) está fritita y si se hace uso de él dura como 2-3 horas. Como no estoy dispuesto a gastarme el pastón que piden por una simple pila recargable que es la batería Nokia he puesto la caja de herramientas a funcionar y tras romper varias piezas he conseguido este «cargador universal» cogido con velcro a la espalda del móvil. Con este artilugio me ahorro el cargador y si necesito hacer una llamada pues le quito las pilas a la cámara y se la pongo al teléfono.
La llamada de la selva agudiza el ingenio, y eso que todavía no he llegado. Lo que está por ver todavía es si cuando saque el teléfono en el avión no se me van a tirar encima todo los héroes del vuelo Madrid-Quito, o el de Quito-Galápagos, que suele ir lleno mayormente de yanquis, mayormente beatos y mayormente la fuente principal de ingresos de las islas y para los cuales, me ha dicho un pajarito, los guías/monitores hacen una «versión adaptada de las teoría evolutivas» que nacieron en las islas y tantos quebraderos de cabeza les provoca. Eso también tengo ganas de verlo.