Hace varios años, cuando empecé en casa a mantener de forma más o menos regular el comedero de pájaros me plantee anillar a las aves que acudiesen para identificarlas de forma individual. Hay unas anillas de plástico que venden para canarios que son ideales para anillar pájaros tipo gorrión y verderón que son los más habituales en el comedero. El problema era capturarlos de forma segura, como no disponía de trampa de ningún lo dejé pasar. Pero resultó que los pájaros decidieron organizar ellos su propia trampa.
Resultó que conforme el número de pájaros iba en aumento la comida en el comedero disminuía con rapidez y esto llevó a las aves a buscar comida en los alrededores del comedero, más concretamente en las jaulas vacías de los canarios que tenía repartidas por el suelo de la terraza. De repente se convirtió en habitual subir a la terraza y encontrarme verderones dentro de jaulas abiertas asustados tratando de escapar pero incapaces de encontrar la puerta por la que habían entrado aturdidos por el miedo ante mi repentina aparición. Sólo los gorriones eran capaces de en una situación crítica como esta acertar con la ubicación de la puerta abierta incluso aunque esto les obligue a huir en la dirección en que yo me encuentro (esto da para algún trabajo sobre etología muy interesante).
El caso es que comencé a anillar verderones y gorriones (estos últimos en menor medida) con combinaciones únicas de anillas de 10 colores y anotándolo en una hoja de cálculo. Empecé poniendo una anilla de color en una pata (roja izquierda, azul izquierda, verde izq…), luego en la otra (roja derecha, azul derecha, verde der…), luego dos anillas por pata (roja-azul izquierda, roja-roja izquierda, roja-verde izq…). Las últimas combinaciones solían ser dos anillas en una pata y una en la otra. Sigue leyendo…