El sábado me toca, vuelo a Madrid-Quito-Galápagos, ahora toca ir finiquitando asuntos. El alimentador de peces no va a ser en esta ocasión el Sr. Arduino sino otra máquina de la programación pero con patas. Billetes (boletos) electrónicos impresos. Malarone para la selva. Tarjetas de memoria suficientes y alguna más. Adaptadores de enchufe americano. Bolsa estancas para equipo de fotografía.
Estuve naufragando un rato buscando algún mapa topográfico de islas Galápagos y selva ecuatoriana que meter en el GPS que la memoría es tan confiada como falsa, pero con poco éxito, poca definición ó ambas cosas. Pensaba, «si tuviera la definición que tiene openStreetmap sería ideal!», «oye, y si….» Bingo, bendito opensource otra vez sacándonos del apuro. Desde la página de Alternativaslibres.es podéis descargar los mapas de openStreetMap (callejeros o topográficos) listos para subir al GPS: descargar ZIP, descomprimir ZIP subir IMG al dispositivo. Voilá! todo Ecuador en un único archivo de 112 Mg. Ya puedo desesperarme en el avión con plena conciencia de turista.
Por este mismo motivo, porque son muchas horas de vuelo y muchos plantones aeroportuarios quería llevarme mi viejo movil. En su tarjeta de 512Mb lleva música, fotos, juegos, planetarios, emisora de radio, etc… Hasta le he metido un episodio entero de Futurama.v4 en 3GP.
El problema es que la batería (debe tener ya 7-8 años) está fritita y si se hace uso de él dura como 2-3 horas. Como no estoy dispuesto a gastarme el pastón que piden por una simple pila recargable que es la batería Nokia he puesto la caja de herramientas a funcionar y tras romper varias piezas he conseguido este «cargador universal» cogido con velcro a la espalda del móvil. Con este artilugio me ahorro el cargador y si necesito hacer una llamada pues le quito las pilas a la cámara y se la pongo al teléfono.
La llamada de la selva agudiza el ingenio, y eso que todavía no he llegado. Lo que está por ver todavía es si cuando saque el teléfono en el avión no se me van a tirar encima todo los héroes del vuelo Madrid-Quito, o el de Quito-Galápagos, que suele ir lleno mayormente de yanquis, mayormente beatos y mayormente la fuente principal de ingresos de las islas y para los cuales, me ha dicho un pajarito, los guías/monitores hacen una «versión adaptada de las teoría evolutivas» que nacieron en las islas y tantos quebraderos de cabeza les provoca. Eso también tengo ganas de verlo.