Comentaban el otro dia que en la Feria del Libro de Madrid se había vetado la presencia del libro electrónico, y la actitud general es de rechazo a esta postura. Es una crítica comprensible si, apesar de las evidencias, nos empeñamos en entender la feria como un evento cultural. Pero, ¿si es blanco y vá en botella?. Hagan ahora un esfuerzo, tapense los oidos un momento e imaginen que se trata de un evento comercial.

A mi me alegra que no vendan libros electrónicos en la Feria del Libro como me alegra que no vendan burros en la Feria del Automovil. Entre otras cosas porque el libro electrónico representa de manera ejemplar la manera más torpe y estúpida de entender el progreso tecnológico. Si los inventores del libro electrónico hubiesen nacido hace 150 años, hoy los coches tendrían cuatro patas y forma de caballo, los ojos se les encenderían por la noche y al clavarle las espuelas sonaría el claxón.