Aprovechando que estamos de vacaciones mis hijos y yo (Mercedes, la madre, no, que está de tribunal de oposiciones hasta el 20), y siendo alumnero, es decir, por deformación profesional, he dispuesto emplear los primeros días de vacaciones en enseñarles a mis hijos unas lecciones que nos van a facilitar la convivencia el resto del verano (como poco), porque durante el resto del año hemos ido dejando pasar.
La primera lección fue anteayer. Antes de la comida, cuando los veo con hambre, me gusta darles fruta, y se han acostrumbrado muy bien (al menos los fines de semana, que es cuando comemos juntos). Preparé una macedonia con plátano, melocotón, sandía y manzana. Se la enseñé.
– ¿Quién quiere fruta?
– Yo, yo -dijeron al unísono.
– Pues a recoger los juguetes (que llenaban el suelo del comedor).
Tardaron un poco en darse cuenta de que, efectivamente, hasta que los juguetes no estuvieran en el cajón no había nada que pinchar. Pero con un poco de ayuda, Nerea comenzó y Miguel la siguió.
Sé que hay padres que les cuesta que sus hijos coman fruta y recojan los juguetes. Pues he aquí un sencillo método para matar dos pájaros de un tiro.
Claro que una golondrina no hace la primavera, y tendremos que repetir varias veces más la misma lección. Nadie dijo que educar fuera fácil. Requiere de mucha paciencia y constancia. Por eso las vacaciones de verano son un buen momento.
Primera lección: recogida de juguetes
sábado, 5 de julio de 2008 (Hace 142 dias)Estómagos agradecidos
jueves, 3 de julio de 2008 (Hace 144 dias)1) Dice mi padre que decía Nietzsche que los huevos alargados son más sabrosos que los redondeados. Yo he buscado en un par de libros que tengo y no encuentro la cita. Pero mi padre ha leído más que yo, y si él lo dice… habrá que afinar el paladar. Dicen por ahí, también, que no es bueno comprar los huevos del tamaño más grande porque son iguales que los medianos, pero con más agua, ya que les dan de beber a las gallinas antes de la recogida.
2) Mi madre me enseñó a enfriar rápidamente los litros de cerveza: mójalos antes de meterlos en el congelador.
3) La higuera es un árbol curioso que mi padre me ha enseñado a apreciar (aunque yo seguiré quitándole la piel a los higos para comerlos). La higuera de higos verdales (llamados así porque son verdes) da también brevas (que son higos grandes de piel negra). Las brevas son los primeros higos de temporada.
4) El pan redondo o «de campo», se debe consumir «periféricamente», es decir, cortando las rebanadas de fuera adentro y no en paralelo, para que la parte del centro, siempre más esponjosa y blanda, sea la última en consumirse, al ser la que más tiempo aguanta tierna.
5) Un amigo pescatero me dijo que no comprara los lenguados a los que les han quitado las vísceras. Al eviscerarlos aguantan más tiempo, pero siguen sin ser frescos. Se sabe que han sido manipulados porque se les ve claramente el corte de cuchillo.
6) Las medidas del té magrebí son las siguientes: 4 o 5 matas de hierbabuena de un palmo; una cucharada sopera de té verde (no más); mucho azúcar. El agua debe hervir mucho antes de echarla en la tetera. El té debe ser verde, del tipo chino: uno en el que las hojas de té aparecen enrolladas formando bolitas. El color del té debe ser amarillo. Pocas bebidas refrescan tanto una sobremesa de verano.