No es cierto que el instinto se oponga a la cultura; que a la naturaleza de las cosas y las personas tengamos que oponer necesariamente los aspectos sociales o aprendidos.
De las mujeres siempre se ha dicho que tienen un instinto maternal, dando así por supuesto que aquella que decidiera no tener hijos era una mala mujer, porque carecía de ese instinto. Así, sin apenas darnos cuenta, las generaciones anteriores nos colaron de rondón que lo importante era el aspecto biológico que garantiza la pervivencia de la especie humana, sin darnos cuenta de que tales afirmaciones no eran sino afirmaciones culturales, y que como tales, formaban parte de un modo particular de entender la vida, en un momento (social, económico, político, etc) determinado.
Adonde quiero llegar Sigue leyendo…