Hace poco más de una semana pasaban por Tv (Canal Plus, en abierto) un resumen del pasado Festival de Publicidad de San Sebastián. Dieron varias decenas de anuncios de todo tipo. Especialmente me hizo gracia uno que ya había visto en televisión hacía un tiempo, quizás lo recuerden, un anuncio de la empresa Boccata que parodiaba la «bucólica y sana vida campestre».
El anuncio fue suspendido al poco de estrenarse por la lluvia de criticas que recibió, especialmente de algunas asociaciones de agricultores que consideraban que denigraba la vida en el campo. El surrealismo está servido y la lucha por los valores morales en marcha, de un lado y del otro. Hasta antes de ayer.
Menuda se lió hace 3 dias cuando a EL PAIS se le ocurrió la brillante idea (personalmente me parece muy eficaz el anuncio) de utilizar la imagen del perfil de la ciudad de New York antes y despues de los atentados del 11S para vender periodicos. Entonces desaparecieron los bandos. Ya no había izquierda ni derecha, todos de acuerdo en que EL PAIS había sobrepasado el limite de politicamente correcto.
Pero ojo!! lo politicamente correcto de nuestro bando, el de los buenos. Nadie se echó las manos a la cabeza cuando se publicaron las fotos de torturas en la carcel de Abu Graihb, cada vez que se publican fotos de Etiopes agonizando de puro hambre, apestados por la Lepra, mutilados por minas antipersona, fosas comunes, aldeas enteras arrasadas por los tanques israelitas, barriadas enteras aniquiladas por los bombardeos aliados en paises del eje del mal. Pero nos escandalizamos cuando nos muestran los daños sufridos por nuestros vecinos. Motivo por el cual las cadenas de TV norteamericanas censuran cualquier imagen que muestre a sus soldados caidos en combate, especialmente a la hora de comer.
Una vez que se organiza una guerra, el problema no son las fotos. No maten al mensajero que él no tiene más culpa que cualquiera de nosotros. Lincharlo es ignorar el verdadero problema, y eso, hoy por hoy, es apoyar la guerra.