Lo mejor de los 41 grados a la sombra, es que cuando solo estás a 35, pues vas y te alegras y sueltas: «…que bien! ya está refrescando!!».
Y es que esto es como nuestro presidente, relativo.
Por ejemplo, si nuestro cómico presidente, invade un pais y mata a miles de personas es por su (de ellos) bien. Por la paz. Si los inmigrantes pagan 300.000 pesetas por cruzar el estrecho para trabajar en los invernaderos del Ejido a 50 grados, es porque aqui (de nosotros) vivimos muy bien. Luego el centollo del Cantábrico, nos sale con geniales comparaciones entre tráfico y guerra.