Lo comentaba hace unas semanas en otro apunte de este cuaderno de campo, algo que siempre me ha llamado la atención, y es como solemos humanizar personificar, objetos inanimados, o incluso conceptos. Supongo que es una necesidad innata de cada uno de nosotros para poder dirigirnos a alguien ó algo y presentarle nuestras quejas.

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