Visitar Galápagos
lunes, 19 de noviembre de 2012Bueno, ya casi estamos readaptados físicamente (psicológicamente tardará algo más). No es cuestión del jetlags ni otras postmodernidades, no, cualquier informático acostumbrado a trasnochar ha sufrido más y peores despistes espacio-temporales que los que va a sufrir Carromero dentro de cuatro años cuando salga de Cuba. No, es solo puro cansancio después de tres semanas pateándonos las tres islas principales y parte de la selva ecuatoriana.
A continuación y acompañado con algunas fotos para hacerlo más digerible os cuento algunas de las impresiones que me he traido de islas Galápagos, las posibilidades que ofrece y alguna recomendaciones para quien se anime en un futuro. No tenía claro si trocear semejante tocho de texto y servirlo en apuntes más pequeños, finalmente os lo dejo tal cual y que cada uno se sirva la parte que le apetezca. En futuros apuntes seguiré contando cosas de allí y recomendando sitios.
Obviamente, y como no podía ser de otra manera, las siguientes líneas son opiniones personales (mías, no del grupo, aunque la mayoría son compartidas lógicamente) y subjetivas. Las hay de todos los colores. Las fotografías del viaje las iré publicando en la galería recogidas bajo la etiqueta Galapagos2012.
El archipiélago de Colón
La provincia de Galápagos pertenece a Ecuador está situada en el océano Pacífico a unos 1000 ktms de la costa y C. Darwin las ordenó en 5 islas grandes y 5 pequeñas. Sinembargo en la práctica el tamaño de las islas pequeñas resulta diferenciarse poco del de algunos islotes grandes por lo que una vez en el terreno resulta complicado discriminar si lo que tienes delante es una isla, un islote o una vulgar roca sin nombre. En el conjunto del archipiélago el total de islas e islotes supera ampliamente los doscientos.
El nombre oficial de las islas es el de archipiélago de Colón lo que queda reflejado en los nombres en castellano de las islas (Genovesa, Fernandina, Española, Pinta, Santa Fe, Pinzón, etc…).
La provincia tiene tres islas principales habitadas (más dos poblaciones casi testimoniales en Floreana y Fernandina de apenas 100 personas) y estas son las tres únicas islas que visitamos: San Cristóbal, la primera a la que arribó el Beagle, la isla más oriental, la más antigua geológicamente hablando, la más antiguamente habitada (y casi la única hace apenas 100 años, con 8000 hab. actualmente) y la única de todo el archipiélago que dispone de fuentes naturales (laguna) de agua dulce. Puerto Vaquerizo es además la capital de la provincia y donde se encuentran los servicios administrativos y políticos.
Isabela, las más recientemente colonizada con apenas 2500 habitantes, con diferencia la más grande del archipiélago, la geológicamente más primitiva y volcánica y casi virgen en su mayor parte. No dispone siquiera de puerto, solo un bucólico embarcadero de madera rodeado de manglares y playas de arena blanca. Solo una carretera asfaltada a las afueras comunica el pueblo con sus zonas agrícolas y ganaderas en las laderas del volcán Sierra Negra.
Todo en puerto Villamil está a medio construir o en desarrollo.
Sta Cruz situada en medio de las dos anteriores era tradicionalmente la isla donde se deportaba y abandonaba a los trabajadores que no se dejaban esclavizar en las plantaciones agrícolas de San Cristóbal. Más tarde se hizo lo mismo con los presos políticos y solo recientemente ha ido evolucionando (irónicamente) hasta convertirse en el centro comercial de la provincia, la más poblada (25.000 hab), la más moderna, con más servicios y la única en empieza a experimentar algo de delincuencia recientemente y alguna presión urbanística sobre el espacio protegido del Parque Nacional. Sta Cruz es el verdadero centro neurálgico de las Galápagos, la que dispone de los servicios más modernos, a su aeropuerto situado en el islote cercano de Baltra llegan la mayoría de los aviones del continente (San Cristóbal tienen también otro aeropuerto) y por ella acaba pasando casi cualquier turista que llegue a las islas. En Sta Cruz se encuentra la Estación Charles Darwin y la dirección del Parque, el centro de reproducción en cautividad de las tortugas y el 99% de centros comerciales turísticos. Desde aquí y hasta aquí llegan y salen las lanchas rápidas que visitan y comunican el resto del archipiélago.
Visitar el Parque Nacional
Para entender bien Galápagos y su funcionamiento diario es mejor tener presente el siguiente esquema: todo es acceso restringido en las islas excepto las tres poblaciones antes nombradas y sus correspondiente zonas de explotación agropecuarias.
Así, visto desde aquí, desde el viejo Mundo, este planteamiento conservacionista nos podrá parecer estupendo, sin duda esas restricciones ayudaran a conservar el medio ambiente, pero visto desde allí, desde el terreno, desde la perspectiva de quien aspira a recorrer rincones quasi-virgenes es claramente una putada y la primera sensación al llegar a las islas es que es imposible coger la mochila y echar alegremente para conocer las islas que dieron origen a una de las teorías científicas más revolucionarias: todo requiere la contratación de un servicio de tour ó guía autorizado por la dirección del Parque. (algunas zonas e islas ni aún así son siquiera son visitables sino bajo leoninas condiciones como cuarentenas de varios días, congelación del material a transportar y vigilancia extrema).
Sobre los motivos por los cuales evito/evitamos a los guías profesionales y los tours organizados en nuestras visitas a espacios naturales me podría extender durante varios apuntes, así es que lo resumiré en: los esquivamos como el que evita la peste.
Solo hicimos uso (obligados sin más remedio si queríamos verlo) de un guía autorizado en nuestra visita al volcán Sierra Negra (Isabela) y porque este, el guía y además dueño del hotel en que estábamos, nos aseguró unas condiciones muy personalizadas. (obviamente estoy hablando de tours terrestres, los submarinos/buceo son otra historia) todo el resto de nuestra visita a Galápagos la hemos realizado por cuenta propia
Lógicamente el Parque Nacional es la principal fuente de ingresos de la provincia y de la que depende buena parte de la población, por lo tanto es poco sorprendente que todo lo relacionado con el uso del parque requiera contratar los servicios de profesionales y empresas locales. Sinembargo este argumento se desmorona como un castillo de naipes tan pronto como uno llega a las islas, un ejemplo: el avión en que yo llegué a Baltra iba hasta la bandera de guiris, 4-5 nativos y un menda.( :-P ). Antes siquiera de terminar de pasar el control de acceso al parque ya estaba aterrizando el segundo avión en idénticas condiciones.
Pasar control aduanero. Un autobús te acerca gratuitamente al embarcadero desde donde una barcaza te cruza (80 centavos) los apenas 100 mts de canal que separan la isla de Baltra de la isla de Sta. Cruz. Ya en la otra orilla te aborda el chofer del autobús (1,8$) ó y decenas de taxistas (18$) para cruzarte la isla hasta Puerto Ayora (45 min). Ya en Puerto Ayora uno escoge quedarse en la isla o dirigirse a cualquiera de las otras islas.
Pues bien, a ese autobús/taxis que nos llevaba a Pto. Ayora solo llegamos de todo el avión 6-7 personas. Una pareja de israelitas (es un destino clásico entre jóvenes militares hebreos que combaten en al frontera de Israel con derecho a un año de vacaciones a cuenta del estado), 4-5 nativos y yo mismo. Las otras 300/400/500 personas fueron siendo recogidas al salir del aeropuerto por los diferentes Tour operadores que las esperaban a la salida del control aeroportuario y que fueron embarcándolos en sus correspondientes lanchas con destino a sus cruceros de buceo, cruceros terrestres ó simplemente de navegación.
Por lo que más tarde pudimos ver, escuchar y sentir complacidos estos turistas apenas vuelven ya a pisar las islas, apenas una tarde de obligado merchandising para comprar camisetas en Puerto Ayora, visitar la Estación Charles Darwin y poco más. Apenas los volverás a ver paseando las islas más allá de lo previamente organizado por su Tour operador, más allá de los comercios y restaurantes concertados. La mayoría incluso disponen de sus propias embarcaciones y taxis para bajar a tierra. El 99% del gasto económico de estos grupos turísticos se realizó muchos días antes de visitar las islas, en su país de origen via VISA/AMERICAN EXPRESS por lo que a duras penas repercute en la economía local (al menos de forma directa) y rara vez fuera de los cauces habituales. Por lo que nos contaron la situación además puede empeorar en breve por una serie de cambios en la legislación que mejoraría la posición competitiva de las empresas y clubs de buceo continentales frente a los centros locales de las islas.
Y así funciona el 90% del turismo que recibe las islas Galápagos. Exagerando un poco, pero solo un poco, diría que es casi más fácil ver cruceros en la dársena de Puerto Ayora que turistas por sus calles.
Este es el motivo por el cual yo me sorprendía el primer día de mi llegada a las islas y escribía «Pto Ayora y Pto Vaquerizo están vacíos» y también el origen de que a lo largo de toda nuestra estancia en Galápagos apenas nos cruzásemos con nadie excepto el día que realizamos el tour del volcán Sierra Negra o cuando visitábamos zonas de baño populares.
Hablando este asunto con habitantes y comerciantes locales acaba sacando uno con la sensación de que no dependen tanto del turismo que llega a las islas (que es mucho) como del uso que de los servicios en tierra hacen los tour operadores que es muy poco-nada si nos atenemos a los turistas que se bañaron con nosotros en las playas, los que nos cruzamos en el monte, los que callejeaban por las calles en busca un lugar donde cenar barato un ceviche local. CERO.
Galápagos por cuenta propia
Pero ¿es posible visitar Galápagos y su Parque Nacional por nuestra cuenta sin dependen de los servicios de un tour operador y su oferta ? sí, pero la oferta es limitada por lo que también lo será el tiempo durante el cual podamos movernos por libre. Lógicamente esto ya depende de los intereses, la economía y el ritmo de cada uno pero se puede pasar tranquilamente una semana en cada una de las islas moviéndonos por ellas antes de empezar a sentir que se agotan las posibilidades y hay que entrar en «modo pago«.
Nosotros hemos estado instalados en tres tipos de alojamiento diferentes, a saber: en una casa compartida con sus dueños durante la estancia en San Cristóbal, en un hotel en Isabela y en un chalecito con jardín alquilado en Sta. Cruz. Los precios han sido 15$, 20$, 30$ persona/noche respectivamente con desayuno incluido en el caso del hotel.
Cualquiera de las islas cuenta alojamientos de diversos tipos, casas compartidas con los dueños, Guest rooms muy económicas, hoteles, casas. Existen incluso campings a las afueras, al menos en Sta. Cruz y San Cristóbal (en Isabela no recuerdo verlo) pero puesto que están retirados de las poblaciones obligan a estar citándose constantemente con los taxistas para los traslados para evitar permanentes caminatas por carretera.
Comunicaciones
El núcleo de población de cada islas dispone de locutorios y cibercafés donde conectarse con el resto del mundo habitualmente. Fuera de los núcleos de población la comunicación es casi nula. No hay cabinas telefónicas, apenas cobertura telefónica y siquiera el tráfico de coches es digno de mención (en varias horas de caminata a pie o en bici por carretera a lo sumo uno se cruza 2/3 coches).
Moverte por y entre las islas
El movimiento entre islas se realiza en rápidas (por economía descarto el avión entre islas). Las rápidas son lanchas con 2-3 motores fueraborda de 200CV y adaptadas de forma espartana para el transportar 12-15 personas y mercancías. No tienen un horario muy estricto, dependiendo de la demanda, pueden salir 1,2,3 lanchas hacia una isla ó sencillamente no sale ninguna si el barquero decide que no le compensa llevar solo a 2 personas (esta posibilidad es bien real y conviene tenerla en cuenta).
Normalmente las lanchas de Sta. Cruz salen hacia el mediodía (13h – 14h) y las que llegan a Sta. Cruz desde Isabela ó San Cristóbal lo hacen en la mañana muy temprano (5h AM y 7h AM) quedando así enlazadas la comunicación entre las tres islas. En cualquiera de los casos el viaje dura 2 horas y es un trayecto difícil de olvidar si el Pacífico está poco ídem. Si no os habéis montado nunca en una de estas rápidas yendo a toda pastilla y estrellándose contra las olas a cada salto rezad lo que sepais para no grabar a fuego en los riñones un trayecto tan inn-olvidable. A mi me tocó disfrutarlo de Sta. Cruz a San Cristóbal después de 40 horas de vuelos, insomnio y aeropuertos y solo logro recordar un profundo resentimiento eterno hacia la familia del barquero.
Hay que estar unos 30 minutos antes de la hora de partida en el muelle de embarque ya que normalmente hay que coger un taxi acuático que nos acerque a nosotros y nuestro equipaje a la rápida (60 centavos) y pasar el control de equipajes previo a cualquier desplazamiento entre islas y que impiden que movamos material biológico (plantas, animales y semillas) entre islas.
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Inicialmente, cuando preparábamos el viaje era mi intención incluir algún desplazamiento extra en estas lanchas para visitar algunas de las islas menores y santuarios de algunas de las aves emblemáticas de Galápagos como Española ó Floreana, pero hay que tener en cuenta que estas islas están retiradas y la duración del viaje es considerable (mínimo 2 horas ida + 2 horas vuelta), se viaja en grupos y la posibilidad de un mar ligeramente movido terminó de convencerme de que era una actividad perfectamente prescindible habiendo otras opciones prioritarias como visitar la isla principal. Quizás si volviese en un futuro ó dispusiese de más tiempo reservaría un día entero para ir a Española.
Por tierra el desplazamiento es más fácil. Hay muchísimos taxis que te abordan constantemente, todo-terrenos tipo pick-up dispuestos a llevarte donde quiera que llegue un coche y con espacio atrás para mover mochilas y maletas con comodidad. Conviene apalabrar el precio antes de salir, porque aunque los precios de los trayectos son bien conocidos la pillería en el gremio es más que evidente. En Ecuador la gasolina es barata y en las islas más todavía (subvencionada) así es que el personal no duda en usar el coche y los taxistas no paran quietos de moverse por todas partes, es casi imposible pasar 1-2 minutos sin ver uno.
Cruzar entera la isla de Sta Cruz en taxi desde Puerto Ayora al embarcadero que dirige al aeropuerto, 45 min y 18$ para 4 personas. Llevarnos a la lobería de San Cristóbal una camino a la playa situado a unos 3-4 kilómetros a la afueras del pueblo 1$ total.
En Isabela alquilamos unas bicicletas para visitar la zona del volcán y aunque no muchos más también creo que vimos algún servicio del estilo en las otras islas. Son bicis de montaña, algo cochambrosas y que conviene revisar detenidamente ya que las condiciones de sal y tierra son duras. El alquiler de una bicicleta desde las 7 AM hasta las 18 PM suponía 15$ por cabeza y funcionando perfectamente las cuatro.
Tras interrogar a varios paisanos conseguimos descubrir un local en Puerto Ayora que alquilaba kayaks de mar, el problema es que solo tenía 3 plazas (1 doble y 1 sencillo), y nos mandaron a otra tienda cercana donde tenía un kayak doble pero que no tenía pala para su kayak. Cuando estábamos negociando alquilarle a uno el kayak y al otro la pala cuando nos decantamos por irnos a bucear con ellos a Seymour si no me pedían a mí los papeles de buceo (que no tengo). Más tarde descubrimos que la costa de manglares y playas junto a Puerto Ayora hace el acceso por kayak casi irrelevante.
Comer en las islas
Si uno se circunscribe al ambiente turístico las islas ofrecen un más que suficiente abanico de locales y terrazas restaurantes donde comer y beber, normalmente en primera linea de playa ó paseos destacados, a precio turístico y donde uno puede comer y beber prácticamente lo mismo a lo que está habituado pero con ese toque exótico que aporta el lugar en que se encuentre, en este caso Galápagos. Hay locales de música, de surferos, de ambiente selecto, de copas nocturnas, románticos a la orilla del mar. Todos con un horario turístico-europeo.
Ahora bien, si lo que se pretende es conocer las islas entonces conviene callejear y andar probando sitios. No vale siquiera andar preguntado porque en cuanto te detectan la pinta turista te suelen mandan al paseo marítimo, a los chiringuitos para turistas. Una técnica que no falla es la de: «donde fueres haz lo que vieres» funciona a las mil maravillas y así descubres sitios y platos fabulosos donde comer muy bien por 3$-6$.
Uno de los platos a los que primero nos viciamos fué el «el bolón con queso» y el «bolón con queso+carne» en el desayuno. Es una bola como del tamaño de una naranja enorme o un pequeño melón hecha de masa de harina con trozos de queso y, opcionalmente, con trozos de carne (chancho). Se suele tomar como desayuno acompañado de un jugo y si uno es capaz de tomarse uno entero es fácil que no necesite probar bocado hasta la cena.
El ceviche está también muy extendido a todos los niveles, tanto a nivel popular como plato exquisito para extranjeros. Suele ser plato único y consiste en un gran consomé frio de verduras crudas con abundante pescado/calamar/camarón/pulpo ó una mezcla de estos. Es un caldo muy refrescante de sabor ácido que se acompaña con lima/limón y podría recordar algunas de nuestras vinagretas hechas con pimientos y mejillones. Existen las cevicherías especializadas en este plato y fáciles de encontrar.
El plato básico más repetido en las islas es la llamada «merienda«, es el standar a la hora de comer y consiste (dependiendo del sitio) en un consomé más que generoso de sopa/caldo con patatas y carne y un segundo plato que combina menestra (lentejas ó alubias cocinadas ) con arroz blanco y carne/pescado. Todo se acompaña con un jugo de lo que haya disponible (tomate de arbol, pera, melón, sandía, papaya, guayaba, naranja, mango, etc, etc… ).
Hay que advertir que en estos locales populares es muy común que no tengan alcohol de ningún tipo y solo dispongan únicamente de agua, jugos varios y Gatorade (esta bebida arrasa en las islas). Creo el motivo es una combinación de proteccionismo religioso contra el alcoholismo, licencias para la venta y una escasa demanda social (no ves a nadie consumir alcohol). Los comercios en cambio si que tienen botellines de cerveza Pilsener (botellines de 600cc) de manera habitual por lo que los restaurantes no solo facilitan la posibilidad de llevarte tu la cerveza para comer sino que si se la pides y no tienen se desplazan ellos a traértela. Los domingos a partir de las 16h está además prohibido por ley vender alcohol.
La población y el parque nacional
Este tema es peliagudo por que es fácil caer en la condescendencia paternalista dispuesta a perdonarlo todo como en la prepotencia hipócrita del que pretende exigirle a los demás que hagan lo que no hace el en su propia casa. Trato de ser descriptivo, no despectivo.
El nivel de renta por habitante que se observa al llegar a las islas es claramente bajo. En general el personal practica una economía de subsistencia espontanea y casi pirata. Por todas partes se observan chabolas ruinosas que un día pretendieron ser un improvisado negocio de comidas y otras que de hecho no son más que un chamizo de madera alrededor de una plancha en la que un tipo con más habilidades que recursos es capaz de improvisar un buen plato de comida.
Fuera del núcleo comercial y las rutas turísticas de Puerto Ayora las poblaciones carecen de asfalto y los tendidos eléctricos son caóticos, las viviendas están como a medio acabar, el tejado de uralita triunfa y los remiendos de tablas de madera lo mismo sirven para construir un gallinero que cerrar el dormitorio.
Uno esperaría que una zona como Galápagos con los problemas que ha tenido tradicionalmente y sigue teniendo con las especies introducidas (perros, gatos, cabras, cerdos) y que han llevado a la extinción a algunas especies y amenazan a las que quedan, dispusiera de un control más severo de animales domésticos o al menos, sino un control severo al menos control testimonial, pero no es así. Los pueblos están llenos de perruchos callejeros por doquier sin más dueño, propietario responsable o control veterinario que el que ofrece la bala del rifle que les espera a los que «cruzan la frontera«. Es casi tan fácil ver gatos asilvestrados como jaulas-trampa para cazarlos.
Los límites de velocidad en las carreteras que atraviesan el parque (60 km/h) no los respeta ni la policía y a duras penas los vehículos cargados de turistas hace intención de levantar un poco el pedal. Las cunetas están llenas de botellas de Gatorade lanzadas desde la ventanilla y restos de basura como en el más vulgar de los espacios protegidos de nuestra península. El día que paseamos en bicicleta descubrimos hasta 3 lechuzas atropelladas en los apenas 3 kilómetros que separan los carteles que solicitan bajar la velocidad. Sí, a ratos el panorama en este sentido es desolador y ciertamente se puede uno volver con la sensación agria de que está más perseguido darles de comer a los pájaros que atropellarlos con el coche.
En general se percibe que la población está contenta con disfrutar a su alrededor una naturaleza tan pródiga en recursos únicos y que atrae a tantas visitas/divisas a su pueblo, pero se también se aprecia cierto desdén y un mal disimulado desinterés por conservar eso mismo que parece ser el futuro pan de sus hijos probablemente fruto de quien teniendo una naturaleza abundante no acaba de valorarla por falta de escasez.
Obviamente hay muchos motivos para «justificar/excusar» este panorama y algunos rematadamente indiscutibles: los recursos económicos son a todas luces ridículos y es necesario invertir gran cantidad de dinero en mano de obra únicamente para frenar las plagas forestales que devoran literalmente áreas enteras de las islas (son brutales los bosques de Palo roso y Guayabas).
El centro de interpretación de cualquier pinar de mala muerte de castellano-manchego es infinitamente mejor que el Centro de Interpretación de las Estación Científica Charles Darwin (apenas media docena de fotos, un esqueleto de foca y cuatro viejos paneles amarillentos).
En general las infraestructuras y medios en las islas son ridículas. Falta luz (ruidosos generadores de gasóleo a las afueras de pueblo) y falta agua corriente (la calidad del agua de desaladora deja mucho que desear). Isabela siquiera tiene puerto de descarga (no alcanzo a imaginar como descargarán en la isla un simple coche).
En fín, queda mucho por hacer en Galápagos, a nivel político, económico, científico, social… Creo que una buena política para mejorar la calidad del turismo y la economía local se lograría reduciendo/eliminando buena parte de las restricciones actuales que impiden visitar el parque por cuenta propia. Obviamente tomando las medidas oportunas de control y vigilancia que aseguren la correcta conservación del entorno que se vienen practicando en casi cualquier reserva natural. La apertura de «rutas públicas libres» de acceso gratuito mejoraría la experiencia turística en las islas, mejoraría las condiciones de los habitantes de las islas, ampliaría la oferta turística (casi reducida en exclusiva a tours operadores y cruceros) y, por supuesto, repercutiría de forma directa la economía local al aumentar el tránsito de público por tierra.
Veremos como funciona en los próximos años. Desde luego la materia prima la tienen y disfrutan ahora de un espacio natural incomparable, con una naturaleza casi virgen y unos recursos abundantes y fabulosos. Si saben gestionarlos adecuadamente y de manera sostenible se convertirán Galápagos en una inagotable fuente de ingresos amén del orgullo nacional de poseer una auténtica joya de la historia natural.
Algunos precios para viajar a Galápagos
Estos precios son los que hemos pagado en Octubre/2012. Ignoro su validez en los próximos meses, los dejo por aquí a nivel ilustrativo.
– Vuelo Iberia (ida/vuelta) Madrid-Quito: entre 600€ (con cupones de descuento) y 780€ (sin descuentos).
– Vuelo Aerogal (ida) Quito-Guayaquil-Baltra: 180$ (solo tuve que sacar ida, así que ignoro si ida/vuelta tiene descuento, imagino que sí).
– Ingreso a la provincia de Galápagos: 100$ (se paga en el aeropuerto de Baltra)
– Autobús Embarcadero-Puerto Ayora: 1,8$
– Lancha rápida Pto Ayora- Pto Vaquerizo: 25$. Lancha rápida Pto Ayora-Pto Villamil: 25$.
– Taxi para subir a la lancha rápida: 60 centavos.
– Merienda (comida: consome+combinado+jugo) en un local de San Cristóbal: 4$.
– Merienda en Isabela: 5$
– Una cerveza Pilsener (600cc): 3$
– Cinco minutos de llamada telefónica a España desde un locutorio con retardo de 1 segundo en el sonido: 3$
– Visita guiada al volcán Sierra Negra (adaptado+aperitivo, de 7 de la mañana a 18h de la tarde): 40$ por persona.
– Buceo en Seymour (dos inmersiones, equipo, desplazamientos en taxi/barco, aperitivo y comida a mediodía): 140$ por persona.
– Unas bambas/zapatillas blancas del 43 en Isabela: 10$
– Parecer un piquero de patas blancas relucientes en mitad de Isabela: no tiene precio.
Viajes a Galápagos
#1/ 22 de December/2012 a 18:10:38
Otros comentarios de «Viajes a Galápagos»
Oye que buena información de como viajar a las islas galápagos por ahí te falto decir que por los $100 dólares solo puedes permanecer 15 días en las islas.
De ahí todo bien.... buen post sobre las islas encantadas!
Trebol-a
#2/ 22 de December/2012 a 23:47:59
Otros comentarios de «Trebol-a»
15 no, 30, al menos eso dice mi pasaporte y los 21 que estuvieron los buceadores.
Fernando
#3/ 22 de January/2013 a 02:39:24
Otros comentarios de «Fernando»
Gracias por compartir tu experiencia en las Islas Galápagos. Realmente me ha servido mucho.
22 de December, 2024 @ 10:13