Otro de esos rincones con encanto de la Sierra de la Muela, la rambla de las Agüicas y Fuentevieja, y coronada por esta curiosidad del paisaje geológico, un estrecho de areniscas cavado en el lecho de la rambla a fuerza de escorrentías de agua y coronado por un soberbio pedrusco.

     
  Estrecho de las agüicas  
  Estrecho de las agüicas  

La rambla de las Agüicas es una de que desaguan el agua que cae en La Muela hacia la rambla del Portús y con diferencia la que más agua mueve y, sobretodo, la más constante. Solo veranos realmente secos han llegado a a vaciar por completo sus charcos de agua que, normalmente, aguantan a el duro verano con pequeños charcos que se convierten en el último refugio de Disticus, Zapateros de agua, Charas, Culantrillos, etc.

     
  Rambla  
  Rambla  

Todo el suelo de la rambla está excavado sobre una superficie de arenisca y conglomerado por la que constantemente se esconde y asoma el agua formando charcos, pozas (algunas de cierto tamaño) y muy excepcionalmente (solo poco después de las lluvias intensas) auténticas corrientes de agua.

     
  Surco de arenisca  
  Surco de arenisca  

Toda la rambla es perfectamente transitable a pie (salvo, obviamente, los periodos de lluvias intensas en los que baje mucha agua) y se pasea con comodidad en sus 5-6 kilómetros de longitud hasta llegar al estrecho de las Agüicas, prácticamente en la base de la Muela.

     
  Pedrusco  
  Pedrusco