Orcatún de Barbate
domingo, 3 de junio de 2012Esta semana pasada nos tomamos ocho amigos unas minivacaciones de 5 días en Barbate (Cádiz) con la excusa del recien finalizado Festival Orcaaltuntún (aunque la organización se esfuerze en llamarlo Orcatún no es fácil ver orcas) que se celebra la última semana de Mayo y dedicado a promover la economía del ya casi extinto Atún rojo (Thunnus thynnus), su pesca artesanal y su industria.
Actualmente hay 3/4 almadrabas en Barbate/Cádiz, una en Cartagena (no dirigida a atún sino a túnidos menores y otros), 3 en el norte de África, algunas más en Sicilia (tonneras) y nos dijeron de 1 en el Algarve portugués.
La almadraba se remonta a la época de los fenicios (incluso podría ser anterior) y consiste básicamente en un linea que saliendo en perpendicular de la costa se adentra unos 100-200 mts. y corta el paso a los peces que se desplazan cerca de la costa dirigiendolos hacia una serie de cercos en los que quedan atrapados pero vivos.
Con el inicio del calor, hacia marzo-abril-mayo (depende del año), los atunes comienzan a entrar en el Mediterráneo a lomos de corrientes marinas que a intervalos los acercan/alejan de la costa. Llegan fuertes, cargados de grasa y pletóricos de energía dispuestos para la reproducción. Vienen buscando las aguas cálidas donde desovar y escapar de su casi único enemigo natural, la Orca (Orcinus orca) que atraida por esta migraciones se concentra en las aguas del estrecho donde son más fáciles de cazar.
Puesto que en este primera migración «de venida» los atunes no comen nada la única manera de capturarlos es mediante el uso de trampas. La ubicación de estas almadrabas es crucial ya que los bancos de atunes se acercan y se alejan de la costa según los arrastra la corriente sobre las que viajan por lo que la ubicación de la almadraba es custodiada con celo casi como un tesoro y según parece en su origen fueron las propias orcas las que siguiendo a los bancos de atún rojo «chivaba» el lugar optimo donde tender las trampas que a día de hoy se conservan.
Casi a diario un buzo visita los cercos de la almadraba a la espera de que entren los atunes. Cuando esto se produce (fecha indeterminada, por eso tan complicado asistir a verla) se organiza «la levantá» una operación en la que participan hasta 40-50 pescadores repartidos en 8-9 embarcaciones, varios buzos bajo el agua «pastorean» a los peces a través de los pasillos hasta el copo y desde una pequeña embarcación el capataz, a golpe de silbado, sincroniza las operaciones. Entre 4-5 barcos se va cerrando el cerco en que los atunes se movían con cierta libertad y se dirige el pescado hacia una bolsa cuyo contorno está agarrado desde 4 grandes barcos. Este proceso es lento, puede durar alrededor de 2-3 horas y finaliza con los atunes encerrados sin salida en una bolsa enorme bajo el agua.
Ahora, de forma coordinada desde las 4 embarcaciones comienza propiamente la levantá de la red con la ayuda de las grúas. El fondo de la bolsa se iza y va llegando a la superficie, los atunes comienzan a verse sin agua y se desata el pánico. El espectáculo de animales de 300 kilos sacudiéndose frenéticamente es brutal (no apto para corazones delicados), gente dandose gritos y órdenes mientras los atunes montan una nube de agua a golpe de aletazos es de una tensión impresionante. Conforme el cerco va llegando a superficie algunos pescadores saltan como si fuesen lemures dentro del copo (jugándosela) y van matando a los atunes con un golpe en las agallas y atándolos por la cola se les iza al barco. Los atunes pequeños que no dan la talla son liberados por la borda.
En estos momentos es fácil que alguna orca se acerque atraida por el alboroto, la sangre y aproveche para atrapar alguno de los atunes debilitados que son liberados.
Para el final del verano, hacia Julio/Agosto los atunes comienzan a volver al Atlántico después del desove, pero ahora salen hambrientos, apenas tienen grasas y su carne es de peor calidad. Muchos buscan aguas profundas donde capturar sardinas y caballas con que alimentarse, por lo que ahora sí se les puede pescar con cebos y anzuelo. Ahora desde embarcaciones a motor los pescadores los sacan de uno a uno y desde más de 200 mts de profundidad.
Este es el momento que estaban esperando la Orca, y para el que parece haberse especializado en estos últimos años. La escasez cada vez mayor de las poblaciones de Atún rojo (o cimarrón como lo llama en el vídeo) ha disparado el atrevimiento de las Orcas que han aprendido a subsanar el déficit de grandes bancos de túnidos con el ingenio para atraparlos según salen pescados en el sedal de los pescadores, ganándose todo su «cariño» y buena parte del protagonismo del festival del Orcatún de Barbate.
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