La selva de Cuyabeno
jueves, 1 de agosto de 2013Hasta la fecha, cada vez que al salir de viajes repasábamos el equipaje para no olvidar nada, de forma machacona yo repetía «bueno, si nos olvidamos de algo siempre podemos comprarlo en el destino, que nos vamos a la selva!!«. Por fín dejó de tener sentido la dichosa frase y por fín esos pantalones de explorador selvático que viste todo el que ha pasado por Decathlon iban a tener razón de ser.
La reserva faunística de Cuyabeno está situada al este de Ecuador haciendo frontera con Colombia y Peru. Es el comienzo de la selva Amazónica que se desarrolla prácticamente desde el pié de los Andes hasta costa este de Sudamérica. Es decir se encuentra en el extremo opuesto de las islas Galápagos, y más de un sentido.
Galápagos es árido y seco, Cuyabeno es húmedo y lluvioso. En el primero se estudia la colonización de nuevos territorios y como las formas de vida van evolucionando en ellos, en el segundo hasta que punto esta evolución llega a producir individuos hiper-especializados. Las islas son un terreno abrupto y montañoso de roca volcánica incapaz de retener agua y formar cursos permanentes de agua, la selva es un inmensa llanura donde el suelo apenas tiene consistencia para mantener en pie gigantescos árboles y donde el agua dulce es tan abundante que es casi el único medio de transporte posible. En uno podremos recrearnos fotografiando la fauna que posa complaciente delante de nuestras narices, en el otro no hay manera de mantener contacto visual con ningún animal más allá de unos segundos.
Sí, ambos están en el mismo país, pero son dos mundos completamente distintos. En de la provincia de Galápagos está pensado para cuidar y mimar al turista, al científico y proteger el entorno. En de la provincia de Sucumbios conviene andarse con cuidado de a donde/como/cuando se va. Uno puede meterse en situaciones potencialmente peligrosas no solo con las anacondas, o enfermedades verdaderamente desagradables sino con grupos de personas armadas con pocos reparos a la hora de ponerte el fusil en la cara.
Visitar la selva
Si con Galápagos nos quejábamos de lo complicado de visitar por tu cuenta el parque en Cuyabeno ni nos planteamos esa opción. Contratamos los servicios de un tour operador local que nos recogía en un autobús el aeropuerto de Lago Agrio (vídeo del vuelo Lago Agrio-Quito). Desde allí tras 2 horas de carretera hasta el puente de Cuyabeno (entrada al parque), donde embarcábamos en lanchas que tras otros 2:30 horas de navegar el rio nos llevaban hasta el campamento de cabañas (Lodge) ya bien dentro de la selva en una instalaciones perfectamente equipadas.
Con «perfectamente equipadas» me refiero a cabañas con varias dependencias (normalmente por parejas), con cama+mosquitera, aseo y ducha, sin agua (potable) y sin luz. En otra cabaña se ubican la cocina+comedor+área reunión, otra cabaña para los trabajadores del sitio y otra cabaña común de descanso con hamacas y sofás.
Un motor sube agua del rio a un deposito elevado que abastece de agua desinfectada las duchas, el lavabo y las cisternas. Unas placas solares mantienen unas baterías que permite recargar las cámaras de fotos durante la noche y utilizar un teléfono satélite para emergencias (obviamente, no hay cobertura en la zona ni nada que se le parezca). La única forma de acceder a estos puntos es por lancha a través del rio. No hay caminos ni carreteras. Apenas las sendas que usamos para dar paseos y que comúnmente está inundadas durante 7 meses al año. Afortunadamente nosotros fuimos en la época seca (Octubre, Noviembre, Diciembre).
Desde el momento en que vimos que había que pasar por contratar los servicios organizados para visitar el parque supimos que no nos iba a gustar, como así fué. Mientras lo organizábamos desde aquí le planteamos la posibilidad al operador de «descolgarnos» del grupo y hacer actividades por nuestra cuenta en paralelo a la pesca ecológica de pirañas y aunque no les hizo mucha ilusión no se negaron a esta posibilidad, remitiéndonos a negociarlo con el guía del grupo, como así hicimos.
Compartimos con el grupo las actividades de los primeros dos días: nocturna a ver caimanes, pesca de pirañas, excursión a Laguna grande a buscar anacondas y visita al poblado Siona. Después de la visita al gran chaman decidimos hablar con el guía y descolgarnos. Entendemos, le dijimos, que buena parte de la economía local necesita de este «circo» a ratos bochornoso de indígenas (literalmente) haciendo el indio, pero nos apetecía pasear y patear la selva, tranquilamente, en lugar de andar paseando en lancha y viendo pasar la selva por la orilla.
Nos costó convencerlos porque el guía no estaba por la labor de dejar a su aire a unos extranjeros solos por la selva, pero afortunadamente estaba esos días en el campamento el «jefe» del Lodge que parecía entender mejor nuestra postura y ser algo más irresponsable (para nuestra dicha). Así es que los dos últimos días los pasamos a nuestro aire recorriendo la selva. Por las mañanas el cocinero (un maoista con quien hicimos buenas migas) nos preparaba una bolsa de comida y nos pasábamos el día vagabundeando por los senderos (con el auxilio del GPS).
Uno de los mayores reproches que he hecho siempre a estas actividades organizadas de grupos (ahora con verdadero fundamento y de las que huyo como de la peste) es la excesiva exclusiva atención a aspectos muy comerciales del espacio natural y el absoluto ninguneo a otros detalles menos espectaculares, ciertamente, pero infinitamente más valiosos. Vale, poder ver una anaconda de 6 ó 7 mts a poca distancia es muy impresionante (pescar una piraña es una chorrada) pero lo verdaderamente notable de la selva no es la mega-anaconda, el mega-caimán y las mega-pirañas sino el propio ecosistema que en su conjunto es sencillamente brutal.
Es bestial y abrumadora la impresionante cantidad de especies por metro cuadrado, el entramado de flora, la infinidad de formas de fauna que hay metida en cada trozo de madera podrida, de líquenes, helechos, ranas, trepadoras, epifitas, hormigas, peces… Cada bromelia de la foto de arriba es un ecosistema en sí mismo, llenas de agua con insectos, ranas, otras plantas. En cualquier charco de la selva es posible ver peces e incluso pequeñas mantas. Paseando bajo los gigantescos macrolobium de laguna grande a uno le caen en la cabeza literalmente orquídeas Vanda en flor porque sencillamente no caben de tantas que hay sobre los árboles. Todo esto, todo lo que no se archiconocido y mega-peligroso se ningunea olímpicamente en estos paseos pre-organizados de grupos demasiado pendientes en procurarse lo mas mega-grande y demasiado ocupado recorriendo la selva como para pararse a contemplarla.
Orientarse y perderse en la selva
Una de las cosas que más me sorprendió y me continuó sorprendiendo cada día que salíamos era lo extremadamente fácil que es perderse en la selva. He presumido siempre (y lo seguiré haciendo) de tener buena orientación, y estando en zonas desconocidas saber cual es la dirección para volver ó ir al punto de partida. Esto en la selva es impresionante difícil.
En las sendas por la selva, como buen fotógrafo naturalista que se precie, siempre iba el último, buscando la foto y el silencio de quedarme solo observando. Pues siempre que hice eso me perdí. Afortunadamente duraba poco, alguien retrocedía a buscarme, el grupo se paraba ó apretaba el paso con acierto hacia la orientación adecuada. En concreto recuerdo un día en que tras perderme 3 ó 4 veces, Merche retrocedió dispuesta a regañarme, así que nos perdimos los dos. Santa viendo que nos retrasábamos nos esperó y una vez que nos encontró ya nos perdimos los tres. Luego nos tuvo que esperar el grupo y al hecho de perderse todo el grupo lo llamamos marcha.
Hay algunos factores que ayudan a esta desorientación: la selva es llana, absolutamente. Si uno llegase a subirse al árbol más grande solo vería una planicie verde de jungla hacia donde quiera que mire. No hay referencias. Y aunque las hubiera. La vegetación es tan densa que cualquier cosa que esté más allá de 50-60 metros es invisible. Uno no vé las cosas, se da de bruces con ellas. La persona que marcha delante tuya desaparece si te das la vuelta a ver un mono. Andando por la selva no encontramos en el poblado de vuelta, nos metimos en el sin darnos cuenta.
Probablemente como consecuencia de todo lo anterior cuesta mucho orientar la procedencia del sonido. Puedes oir al grupo ó alguien que silba, pero no sabes de donde procede el sonido. Merche tiene todo el oido que a mi me falta pudo experimentar conmigo la sensación de estar perdidos, oyendo al grupo, pero incapaces de decir de donde vienen las voces.
No hay sendas ni caminos. Si uno piensa en la tasa de crecimiento de la vegetación y la cantidad de hojas y ramas que caen al suelo a cada hora se puede imaginar que las sendas, como las conocemos en Europa son un sueño. Pero si además tiene en cuenta la cantidad de litros de agua que caen y que esa senda está sumergida bajo el agua durante 7 meses al año, se puede hacer una idea de los «definido» que están los caminos por tierra. La mayor parte del tiempo uno puede salirse del sendero sin darse cuenta de que lo que está andando está ligeramente más cubierto de vegetación que lo que venía andando. Como tampoco hay laderas ni relieves del terreno uno puede estar andando hacia cualquier punto cardinal sin apenas notar cambio alguno.
Los guias suelen hacer marcas con cuchillo en los árboles. Son marcas muy pequeñas que no son fáciles de descubrir.
En el vídeo resumen que monté sobre nuestro paso por Cuyabeno se aprecia bastante bien esto que cuento sobre la dificultad de orientarse.
No hay sol. Al menos el sol que nosotros conocemos y que instintivamente mantenemos dándonos en la oreja izquierda para mantener la misma ruta. Allí eso es impracticable porque en el ecuador el sol está la mayor parte del tiempo en la vertical, sobre tu cabeza, y solo tiene una posición practicable clara al amanecer y atardecer. Siempre llevé encima el GPS que consultaba para donde estaba el punto de partida y comprobar que íbamos en linea recta. Afortunadamente nunca tuvo que socorrerme.
Fotografiar la selva
La fotografía en la selva también es otro mundo aparte con sus propios problemas. Fuera de las horas centrales del día la luz que llega al suelo del bosque es ridícula y a primera hora de la mañana es casi imposible totalmente tomar fotos por debajo de ISO 1600 y sin flash. Para colmo cuando pega el sol la situación es casi peor, ya que ahora el paisaje se compone de zonas en sombra densa y áreas a pleno sol ecuatorial, un contraste que puede ir desde un 1/4 f:8 a 1/800 f:8, una gama de luces imposible. Para un paisaje interior lo mejor son los días ligeramente nublados, es decir: los días que llueve. En la selva si no llueve es que ha llovido. El suelo y la vegetación está permanentemente mojado. Las sendas comúnmente son lodazales. Lluvia, humedad, electrónica y fotografía, que gran combo.
Fotografiar fauna es una tarea muy complicada. Los animales son de naturaleza esquiva, están escarmentados de cazadores y predadores y no esperan gran cosas de un tipo portando un enorme tubo de color negro. Para colmo cualquier animal que quiera huir de tu campo visual solo tiene que desplazarse unos pocos metros para literalmente desaparecer de la vista o simplemente quedarse en la copa del árbol en que se encuentra moviéndose lo justo para interponer multitud de ramas entre ambos.
La fotografía de paisajes no es mucho más fácil. Olvídate de puntos de vista elevados o atalayas (descontada la torre de observación de aves) casi todo es a pie de selva. Quizás algún talud de arena a la orilla del rio o el tronco de algún gran árbol caído nos permita levantar la vista un par de metros más sobre el suelo, pero entonces surge de nuevo el problema de la densidad vegetal: cada paso que des hacia atrás buscando ampliar el encuadre es un árbol más que interpones entre tu y el sujeto a fotografiar. Si das 4 ó 5 pasos atrás es fácil que lo que buscabas encuadrar correctamente ya no sea visible. Las grandes panorámicas son difíciles. Habrás de usar objetivos medios (50mm) y/o esperar a algún claro en el bosque que nos permita alejarnos un poco sin interponer obstáculos.
Protección y salubridad
Para visitar Ecuador es obligatoria la vacunación contra la fiebre amarilla, esto no es negociable. La profilaxis contra la malaria y la vacunación contra las fiebres Tifoideas es muy recomendaba si uno va a visitar zonas selváticas (todo lo que no sea costa Oeste, Galápagos y la capital). Se recomienda vestir todo el día manga larga para minimizar el riesgo de picotazos de insectos y cubrirse de repelentes nucleares. Dormir con tela mosquitera, y por supuesto no beber agua corriente ni derivados (cócteles, helados, refrescos).
La realidad, aunque no tangencialmente diferente si es mucho menos paranoica. Obviamente la recomendación de no beber agua corriente la mantuvimos con razonable prudencia. En cambio la profilaxis contra la malaria (una pastilla diaria), aunque también la mantuvimos supimos que es algo que solo hacen los españoles y los ingleses. Casi nadie toma más precaución contra los mosquitos que aplicarse algún repelente y dormir con mosquitera. Los locales con los que hablamos no conocían ningún caso de malaria ó había oído de algún caso anecdótico y remoto. No recuerdo un solo picotazo de mosquito en todo nuestra estancia ni que nadie comentase haberlo sufrido. Me han picado más mosquitos en mi casa en una noche que durante una semana en la selva.
Es del todo excesivo es la recomendación de manga larga y por supuesto la mosquitera que se instala sobre el sombrero para la cara. Se puede ir perfectamente en pantalón y camiseta corta si uno se mantiene dentro del tour organizado pero conviene pantalón largo para pasear por la jungla, por dos motivos: aunque no lo parezca hay muchísimos pinchos, espinas y zarzas en la selva, y en casi todas partes hay hormigas. Con diferencia el insecto del que te vas a traer más y mejores recuerdos familiares es la hormiga y película Marabunta seguro que sale a colación. Cuida donde te apoyas ó con rozar las ramas que atraviesan las sendas que depositan hormigas en la cabeza. En un par de ocasiones me las ví apurado por exceso de confianza tirando el cuerpo a tierra para hacer alguna foto y levantarme cubierto de hormigas.
Hay hormigas de todos los tamaños, colores y formas, y todas compartes una afición insana por el mordisco. Dicen que el peor ataque que puedes sufrir en la selva no es la anaconda, ni el caimán, ni las pirañas sino el de la hormiga bala, así llamada porque parece que te hubieran pegado un balazo.
Precios y recomendaciones finales
Pagamos 350$/persona por 5 días en Cuyabeno al operador Rainforestour. Es casi el precio más económico. A partir de ahí hasta los 700-800$. Esto incluye todos los traslados desde/hacia el aeropuerto de Lago Agrio, la comida y el alojamiento. Hay que sumar: 2$/persona de entrada al parque y otros 2$/persona si se visitan las comunidades indígenas.
Todos los lodge (creo que hay 10-11 autorizados) se encuentran en la misma zona, un tramo de 6-7 kmts por debajo de Laguna Grande y básicamente disponen de las mismas instalaciones: Un embarcadero, cabañas con dependencias dormitorio y áreas comunes, placas solares para recargar electrodomésticos pequeños (cámara, linterna) y agua no-potable para el aseo. Es habitual que los lodge compartan viajes de lanchas para entrar o sacar personas/material por el rio.
Es posible adaptar nuestras fechas de estancia a grupos que ya estén funcionando. Es habitual por ejemplo que una expedición se inicie el día 1 con 4 personas y los días siguientes se incorporen/descuelguen nuevos turistas. Pero hay existe un problema: si la visita a la laguna se hizo el día 1 no es probable que se repita el día 3 para los recién llegados ya que obligaría a repetir a los antiguos. Todo estos aspectos conviene negociarlos para ver las zonas que nos interesen o que queramos evitar, pero esto tenéis que negociarlo sobre el terreno (no con el tour operador que siempre os va a decir que sí a todo) y dependerá claro está de los intereses del resto de miembros del grupo.
Cuento esto para que tengáis en cuenta que los lodge son los autorizados, no hay más. Ahora bien tour operadores que te llevan a Cuyabeno hay muchos más, tened en cuenta esto porque es fácil que os ofrezcan el mismo sitio y el mismo servicio por dos precios completamente distintos.
La reserva faunística de Cuyabeno se puede visitar todo el año pero es muy recomendable hacerlo en temporada seca (Octubre, Noviembre, Diciembre) en temporada de lluvias puede ser difícil bajarse de la lancha.
El vuelo Quito-Lago Agrio-Quito dura 45 minutos y cuesta unos 180$. Es una línea muy utilizada por trabajadores de las petroleras por lo que hay reservar con mucha antelación. Como alternativa existe el transporte por carretera en autobús. Por quienes lo hicieron es poco recomendable: es un viaje muy duro e incomodo, que empieza por la tarde en Quito en un autobús desvencijado que baja los Andes recorriendo aldeas y pueblos durante toda la noche para llegar por la mañana a Lago Agrio. Puede haber asaltos en el autobús y si es temporada de lluvias puede ser peligroso. Si después del autobús enlazáis con otro servicio u os espera alguien daos un margen de varias horas. Creo recordar que costaba 30$.
Más fotografías de Cuyabeno
Vídeo resumen de las excursiones por la selva
Video resumen del vuelo Lago Agrio-Quito
Panorámica 360º de la Selva de Cuyabeno
Miguel
#1/ 01 de August/2013 a 18:20:11
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Impresionante e interesante documento. No entiendo la necesidad de andar por la selva de noche. Si de día es difícil fotografiar animales, ¿es más fácil por la noche?
Por curiosidad: ¿dónde te subiste para hacer la foto de la aldea?
Trebol-a
#2/ 01 de August/2013 a 18:53:11
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No hacer fotos de noche es bastante complicado pero muchos animales solo son visibles de noche, y tiene su encanto andar a oscuras escuchando cientos de cantos y voces (dale volumen al vídeo que aunque la nikon no tiene buen microfono si que capturó algo el ambiente).
En el poblado construyeron una torre de observación de aves que te situa a la altura de la cúpula de árboles.
Copépodo
#3/ 02 de August/2013 a 04:40:06
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He gozado esta crónica como un niño pequeño. La selección de imágenes y el vídeo, una delicia. Como aspirante chapucillas a fotoaficionado me las he visto canutas con el asunto de la luz en la selva, por eso me parece especialmente evocadoras las fotos. Concretamente la foto de las bromeliáceas, que casi parecen ingrávidas, suspendidas en el aire, quita el aliento.
Me ha gustado leer esas primeras impresiones de una pluvisilva, muchas de las cuales comparto totalmente, especialmente la del "apelotonamiento". Cuando se llega a cualquier ecosistema, más o menos se puede percibir cuál es el factor limitante de la vegetación (por cierto, ese era el criterio de Huguet del Villar en su clasificación geobotánica): la disponibilidad de agua, la crudeza del invierno, etc. En la pluvisilva, la abundancia de recursos es tal que da la sensación de que no hay más organismos porque sencillamente, no caben. Allá donde mires hay algo vivo, literalmente. Y por supuesto, anacondas y monos al margen, la belleza (como siempre) está en las pequeñas cosas, como en la diminuta mariposa de alas transparentes de la que posiblemente nunca sepamos el nombre (¡si es que lo tiene!).
Sólo me queda decirte que no descartes recibir, quién sabe cuándo, algún correo mío dándote la tabarra por algún viaje en planificación.
Saludos
Trebol-a
#4/ 02 de August/2013 a 12:23:19
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Yo como eterno aprendiz de jardinero estuve flipando literalmente con la vegetación. Ese "plantas creciendo encima plantas" hasta acabar casi formando un fractal. Los macrolobium son para coger una silla y sentarse a contemplar un solo árbol. En la raices hay anancondas y geckos, en el tronco golondrinas criando, loros y papamoscas por las ramas, helechos, orquídeas, musgos, liquenes, trepadoras por todo el arbol... es una pasada.
Sí, creo que el concepto "ecosistema fractal" lo define muy bien.
Tengo un amigo en Brasil, tambien científico él, que nos contaba que todos sus compañeros de biología que se han dedicado a investigar la selva tienen varias especies descubiertas en su curriculum. A la que te pones a "escarbar" un poco sacas especies nuevas.
Copepodo, da la tabarra cuanto quieras, ya sabes donde estamos! ;)
Pau
#5/ 07 de August/2013 a 09:14:33
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Impresionante :-D
Santa
#6/ 07 de October/2013 a 19:07:06
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Jo!!!!! Me ha encantado recordar... La fotografía como siempre increíble
ALFONSO
#7/ 22 de May/2014 a 01:23:19
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Muy buenos los comentarios en poco mas de un mes andaremos por allí lastima que sea época de lluvia, aunque mas no pueda iremos 2 0 3 días si esta muy lluvioso,
17 de November, 2024 @ 07:42