Cuando el PP entra por la puerta...
jueves, 23 de febrero de 2012… el «mileurismo» salta por la ventana.
Durante mi breve estancia «laboral» en Londres, estuve trabajando en una cadena de pubs llamada «Ha-ha bar». Concretamente en el Hahabar de Barnet, al norte de Londres. Por consejo de mi hermana Mónica, anoté en un papel todos y cada uno de los días de trabajo en el bar, y las horas. Yo era el fregaplatos y también pinche. Me encargaba de vaciar los platos de basura, de colocar en la máquina toda la vajilla, apilarla cuando estaba limpia, limpiar las sartenes, sacar la basura, fregar el suelo, limpiar mejillones y pelar patatas, básicamente. Encima tenía que soportar las gracietas de uno de los camareros, british él, que me tiraba los cubiertos al suelo (hasta que le paré los pies, de muy malos modos).
En mi vida me he sentido más explotado. Por suerte duró poco. No solo el sueldo era una miseria para el curro que yo hacía, sino que estaba a merced de los jefes: la encargada me explicó que ellos necesitaban a alguien que estuviera listo para cuando se acumulara trabajo (tarde-noche, weekends…); para sacar faena, y punto. Si lo quería tenía que estar dispuesto a currar cuando ellos me llamaran, y hasta la hora que ellos me dijeran. ¿Que por qué acepté? Pues muy sencillo: Yo acababa de llegar a Londres, con 29 años y el dinero justo, ahorrado, para mantenerme las dos primeras semanas o una tercera, en función de los gastos. Realmente estaba agobiado por el dinero, pero sabía que era algo temporal. El curro tenía como única ventaja que me pillaba a un kilómetro y medio de casa, con lo que podía ir y venir andando (from North Finchley to Barnet, para más pistas). Y yo no tenía otra cosa que hacer. Así pues, con ánimo medio de buscavidas, medio de antropólogo de pacotilla, acepté. No firmé ningún contrato.
Yo seguí buscando otro curro. Y a los 21 días encontré otro mejor en un almacen de material escolar (en el que curraba un malagueño muy simpático que intercedió por mi, sin yo conocerlo de nada). Era una empresa que se dedicaba a enviar a todo el mundo pedidos de grandes marcas y de una gran variedad de artículos (temperas, pastel, óleos, ceras, papel, reglas, lápices, maquetas, etc). El sueldo era un poco mejor, sin ser un disparate. El ambiente me sedujo desde el principio, eso sí.
A lo que iba: fui al Hahabar, era viernes noche, y le comenté a mi compañero argelino que me iba, que el lunes empezaba a trabajar en otro sitio. Le dije que se lo tenía que decir a mi jefa para que buscara un sustituto (ingenuo de mí). No obstante yo estaba decidido a currar el fin de semana. Llegó la jefa y sin más preámbulos me dijo que recogiera y me fuera. Yo no había echado ni una hora. Le pregunté que por qué y me contestó que yo era un mal ejemplo para mis compañeros. Yo me quedé «a cuadros» y le dije que no estaba de acuerdo. Me dijo que no le importaba. Le pregunté cuando podía cobrar (no había trabajado ni un mes entero, sumando los días) y me dijo que me pasara por allí otro día, por la mañana. Eso hice.
Al día siguiente cogí el papel en el que tenía anotados todos los días (21, lo recuerdo) y las horas correspondientes, me hice una copia, y se lo llevé. Pedi media pinta, le di el papel y se lo quedó. Me hizo volver otro día.
Volví y pedí otra media pinta. Me dijo que había perdido el papel, que no eran tantos días como yo decía y que tenía que pagarle la media pinta. Le dije muy serio que esos eran todos los días que yo había currado y que era su obligación saberlo; que ya le traería yo copia de nuevo de los días, pero que el próximo día me iría con mi dinero o no me iría, y que no era justo pedirme pagar dos o tres pintas, teniendo que estar yo pagando el autobús cada vez que venía, para nada (aunque yo iba y venía andando).
El tercer día le pedí otra media pinta, me la puso de mala gana y me dijo que me iba a dar menos dinero del que me correspondía. Yo le dije que no (había calculado exactamente lo que era) pero seguía sin dar su brazo a torcer. Me tuve que poner muy serio y amenazarla con que la iba a denunciar si no me pagaba hasta el último penique, además de decirle que yo de allí no me iba. Le enseñé la copia que yo tenía de las horas y el cálculo del dinero y le dije que era injusto que me estuviera tratando así. Entonces accedió a dármelo, con desdén, como si ese dinero no fuera mío.
¿Derechos laborales, convenios colectivos? ¿Eso qué es? Aquí también ha funcionado muchos años, y aún hoy es posible encontrar al jefe de una cadena de montaje de sofás, o de explotación agraria (ayer el «señorito») que llega y sube en la camioneta a los currelas de turno. Se pacta el sueldo sobre la marcha y a correr (a correr literalmente, si aparece algún inspector). Hasta ahora estas prácticas oficiosas chocaban con la ley laboral, por lo que quedaban ocultas. Aunque existían, se privilegiaba el contrato oficial. Contratos de mil euros o menos, pero contratos eran. Estoy esperando que mi amigo Fer me informe de que empieza a surgir una nueva forma de blues por los campos de España.
Pobrecito hablador
#1/ 24 de February/2012 a 18:46:27
Otros comentarios de «Pobrecito hablador»
El título, y el reproche al PP, no me parecen justos. No es el PP el que ha creado 5 millones de personas que ni siquiera pueden trabajar en las condiciones precarias en que tu trabajaste. Hoy cierra el diario "Público", ¿qué pensarán sus trabajadores de su empresario?. Si el despido de sus trabajadores es declarado improcedente ¿serán consecuentes con su ideología y le darán los mismos derechos que el PP les ha quitado? ¿no sería eso consecuente?. Creo que todo es un problema de medida de las cosas. Si desde el poder político se van poniendo cada vez más cargas (fiscales, sociales, económicas) nadie será empresario. Todos seremos funcionarios progresistas. En España hay un problema, con una base ideológica y social: el empresario es un cabrón y el trabajador un gandul. Sin embargo el empresario es denigrado, constante e inexorablemente, por los medios de comunicación, y la llamada opinión pública, mientras que no hay un reproche social al trabajador que se escaquea, que cobra fraudulentamente ayudas, que no produce lo suficiente para que su empresario gane dinero, y que por tanto al final se acaba convirtiendo un problema para el tipo que un día le dió un trabajo. En este pais los sindicatos son un poder que defiende exclusivamente a los que tienen trabajo, y cobran dinero público por representar ese papel, y les importan un pimiento quienes están en el paro. La reforma laboral no es una invitación a despedir, al contrario, es una invitación a contratar, al decirles alos empresarios que quedan (menos que linces ibéricos) "contraten ustedes sin miedo", porque hasta ahora contratar a un tio es como casarse con él (y sin divorcio). Y así esta claro que no funciona esto.
Hank
#2/ 25 de February/2012 a 20:39:48
Otros comentarios de «Hank»
Aún no tengo información acerca de una nueva forma de blues, pero sí le puedo decir algo que ya sabemos todos; que el panorama no es nada nada alentador.
Como me decía el otro día XX-Terror; vamos a tener que salir a la calle a suplicar la esclavitud.
Respecto a su anécdota londinense; desconocía que hubiese tenido usted esos problemas. Estando en un país diferente y solo, estoy seguro que tuvieron que ser momentos duros.
Miguel
#3/ 27 de February/2012 a 23:49:52
Otros comentarios de «Miguel»
Hola Hank,
Pues sí, de acuerdo con XX-Terror. Y sí, hubo momentos lo suficientemente duros como para sentir en mi propia piel qué supone ser extranjero, pero lo suficientemente cortos como para sacar lecturas positivas.
Miguel
#4/ 28 de February/2012 a 00:04:08
Otros comentarios de «Miguel»
Hola Pobrecito Hablador,
¿No está ud de acuerdo con el PP es el partido que con mayor ahínco ha defendido y defiende las políticas neoliberales que han generado, entre otras muchas cosas, 5 millones de parados?
¿No está ud de acuerdo con que el poder económico en España hunde sus raíces ideológicas y el origen de su fortuna en la falta de derechos laborales, en la explotación más inicua de las clases populares?
El planteamiento que ud hace de que por culpa de "las cargas fiscales, ¿sociales? y laborales" dejará de haber empresarios es de muy difícil catalogación. Pero no puedo estar más en desacuerdo.
Los sindicatos actualmente son las únicas instituciones que pueden frenar la marcha del tren hacia el barranco al que nos llevan los planteamientos neoliberales forjados durante todo el síglo XX. Quizá fuera mejor soltar el freno, puede ser. Mi crítica a los sindicatos está más en la dirección de lo que no hacen, internamente, más que en lo que dicen o hacen en la calle, que comparto casi en su totalidad.
¿Miedo el empresario por contratar a trabajadores? Puede ser, pero es insignificante si lo comparamos con el miedo del trabajador a quedarse en la puta calle.
Los mayores responsables de la situación actual los podemos encontrar sentados en consejos de dirección de bancos y cajas de ahorro, y en empresas contratadas por ellos que acumulan grandes beneficios sin producir nada. ¿Quién los señala con el dedo? ¿El PP y su reforma?
Pobrecito hablador
#5/ 02 de March/2012 a 09:33:47
Otros comentarios de «Pobrecito hablador»
Aqui esta la respuesta a mi vaticinio profético del pasado 24 de febrero, en EL PAIS de hoy 2/372012:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/01/actualidad/1330633080_031084.html
subrayo la frase "los trabajadores denuncian que, "en contra de la línea editorial mantenida de forma reiterada por el diario, los propietarios no han dudado en apoyarse en la nueva reforma laboral aprobada recientemente por el Gobierno del PP".
La verdad es que los progres y los cristianos son muy previsibles: dicen una cosa y hacen la contraria. El dinerito les gusta igual. Un saludo cordial
Mónica
#6/ 02 de March/2012 a 13:59:20
Otros comentarios de «Mónica»
Pero, en la frase que comentas, la clave ciertamente está que la reforma laboral la ha aprobrado el PP, no? Es la que permite que cualquier empresario, ya sea rojo-colorao, facha-franquista, cristiano o budista, despida a sus trabajadores en peores condiciones, o no? Ahora lo que les queda a los trabajadores de Público es la condena moral, con la que, gracias a tu PP bienamado, no irán muy lejos. El PP ha hecho una reforma en contra de los intereses de los currantes, acéptalo como un hecho.
Pobrecito hablador
#7/ 02 de March/2012 a 15:23:50
Otros comentarios de «Pobrecito hablador»
No creo que esa sea la clave, ni yo soy del PP. Lo que revela la noticia que profeticé es, simplemente, que una cosa es predicar y otra dar trigo. Los sindicalistas también despiden a sus trabajadores. Y esa es la clave: el obrero, en burda terminología marxista, es obrero porque otra persona le paga por ser obrero. Si esa otra persona no existe, entonces se llama "parado". Lo que quería señalar con mi comentario es que lo que me molesta, en general, de la sociedad en la que vivo es la hipocresía de los que venden paraísos en la tierra o en el cielo. Nos dicen lo que tenemos que hacer y las virtudes que hemos de tener, mientras no solo no predican con el ejemplo, sino que hacen exactamente lo contrario. Esa mentira, esa hipocresía es la que esta destrozando a este pais. No se puede vender que tu eres antisistema mientras estás comiendo caviar a dos carrillos, como hacen Roures, Felipe González, Teddy Bautista (pension de 24.000 euros al mes) etc,etc . Por eso el discurso de que la izquierda protege al "obrero", mientras la derecha sádicamente lo persigue, y lo contrata por el puro placer de despedirlo, es simplemente mentira. Esa es la clave.
Miguel
#8/ 02 de March/2012 a 17:25:42
Otros comentarios de «Miguel»
Pobrecito hablador, te recomiendo encarecidamente la lectura del siguiente artículo http://t.co/9UtNs0U5, firmado por Alberto Garzón, diputado de IU por Málaga.
¡Claro que una cosa es predicar y otra dar trigo! Precisamente eso es lo que muchos criticamos, que los que dicen que dan trigo lo único que hacen es predicar desde sus atalayas. Atalayas que han sido construidas a lo largo de los siglos con el sudor y el esfuerzo de los obreros. Muchos de los cuales los votan para que sigan donde están. Yo no protejo con mi discurso al obrero, como tú afirmas. Yo denuncio la realidad que nos perjudica a los trabajadores y trabajadoras, mientras los de siempre viven de las rentas (hoy también de las finanzas), sin producir nada. Cualquiera que denuncie esa situación (y Público se inscribe entre estos) es bienvenido; el que no lo haga no. Independientemente de su situación socioéconómica. Hipocresía no quiere decir, como tú afirmas, beneficiarse de una situación de privilegio. Hipocresía es beneficiarse y negarlo.
Pobrecito hablador
#9/ 04 de March/2012 a 09:18:57
Otros comentarios de «Pobrecito hablador»
yo te recomiendo la lectura de este enlace (ya se que es de El Mundo y por tanto increíble y probablemnete falso:
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/03/04/madrid/1330822542.html
Miguel
#10/ 04 de March/2012 a 12:37:10
Otros comentarios de «Miguel»
¿Cuál es tu argumento? ¿Que no se puede ser de izquierdas y anticapitalista siendo millonario? Pues ya ves que sí se puede: realidad empírica. Repito, ¿qué argumentas?
Yo argumento que el PP y su reforma benefician a los de siempre, que no son precisamente los empresarios generadores de riqueza y tú me sales con que hay un terrateniente (por herencia) que es de izquierdas... Tu argumento, objetivamente, es muy pobre.
Pobrecito hablador
#11/ 04 de March/2012 a 17:37:03
Otros comentarios de «Pobrecito hablador»
Se puede ser anticapitalista y millonario. Igual que se puede hacer voto de castidad y ser un pederasta. Pero ambas situaciones retratan no solo a quienes incurren en esa contradicción, sino a quienes - como es tu caso (me refiero exclusivamente al primer ejemplo claro)- disculpais al rarísimo "anticapitalista millonario", aunque fuera, como apuntas "por herencia" (claro el pobre hombre no es millonario por sus pecados, sino por designio de sus avariciosos predecesores, o sea "malgré lui", menuda desgracia, seguro que le ha amargado su vida de comunista ... De todas formas, como nos vamos a seguir reiterando en nuestros pobres argumentos doy por terminado el debate. Un saludo
Miguel
#12/ 05 de March/2012 a 19:10:01
Otros comentarios de «Miguel»
Dice Pobrecito Hablador: "Se puede ser anticapitalista y millonario. Igual que se puede hacer voto de castidad y ser un pederasta."
No. No se puede. No es lo mismo. Si ud en vez de "pederasta" (=abusador de niñxs) hubiera dicho "pedófilo" (="amigo" de los niñxs), se podría tener en cuenta la comparación. Con pederasta de ningún modo. Un pederasta es, strictu sensu, un delincuente. Un millonario (o un pedófilo) no tienen, necesariamente, que serlo.
Supongamos que ud haya querido decir "pedófilo", en lugar de "pederasta". Tampoco valdría la comparación. Porque un pedófilo, por definición, manifiesta querencia por los niñxs, mientras que un millonario no tiene por qué ser, necesariamente, avaro.
Tomás
#13/ 18 de March/2012 a 16:54:58
Otros comentarios de «Tomás»
Ud. da por terminado el debate, Pobrecito Hablador, en franca huída. Sus argumentos son sencillamente falaces. Se le caen al suelo y, en vez de reconocerlo, escapa despavorido. Y lo entiendo. Le han pillado "in flagrante crimine", el de querer darnos gato por liebre. Ha elegido un buen nombre, pobrecito Pobrecito. Decirle a alguien que no está bien lo que hace y que ese alguien le responda que él (el primero) tb lo hace, pues NO DICE NADA acerca de lo bien o mal que está lo que el primero reprobaba. Si el reprobado creyese que está bien, debería aportar razones que apoyasen tal creencia, no intentar justificar lo que hace arguyendo que también lo hace el que reprueba. En todo caso, los dos hacen algo que está mal. La reforma del PP es una grandísima putada ideada por quienes sólo apoyan a la gente pudiente. Y si tales ideas fueron apoyadas por partidos diferentes del PP, pues ellos también metieron la gamba. Y ya está. Así de siemple es la cuestión. Y si usted es capaz de convencernos de que la hijaputada de reforma del PP vale la pena en algún sentido, hágalo. Aunque yo opino que no hay juicio sano que pueda ofrecer ni una sola razón en pro de o bondad de tal reforma. Y si no es capaza de convernernos, pues reconózcalo y cambie sus puntos de vista. No merece la pena defender posiciones, sino argumentos. Y no huya. Enfréntese también a sus propios temores. Que me puedo imaginar son los de haber votado a un PP que en lugar de solucionar la situación, nos va a dejar una herencia difícil de borrar.
17 de November, 2024 @ 17:31