Hemos debatido muchas veces sobre la lucha por la adquisición de derechos y libertades. Hemos organizado charlas, talleres, jornadas de reflexión, manifestaciones y concentraciones reivindicativas; hemos puesto sobre la mesa una realidad que hace daño, que mata, que condena a un sector muy grande de la población a la discriminación económica, laboral, social, emocional; hemos llevado a las instituciones mociones y proyectos de ley. Todo ello, con el objetivo de sensibilizar a la mayoría social de un problema que no cesa: el de la violencia machista, que no es sino la muestra de lo que está fallando en nuestra sociedad, en nuestras aulas, en nuestros hogares. Es algo que forma parte de nuestra cultura; de la nuestra, no de la de otros.
La cultura en la que nacemos nos condiciona a todos y a todas. Pero a unos nos beneficia más que a otras. Esto es una realidad que difícilmente puede ser ninguneada: son hechos estadísticos.
Pero hay personas que lo niegan. Sigue leyendo…