En la Región de Murcia las autoridades educativas están disparatadas. Y, lo peor, están haciendo creer a las familias murcianas que la suma de diferentes despropósitos pueden resultar en algo bueno. Parecen querer decir: «tú suma, suma, que ya verás como al final la cuenta engorda». Pero no es así.
Concretamente, en lo que se refiere a la enseñanza de idiomas, de Inglés, esto ya pasa de castaño oscuro. Quieren hacernos creer que aprender inglés es la panacea, cuando en realidad se parece más al bálsamo de fierabrás: cuando lo hayamos digerido, vomitona y cagalera asegurada.
Si el objetivo es enseñarle inglés a los murcianos para que emigren, vale. Empiezo a comprenderlo. Tiene lógica. Pero deberían explicarlo.
Si lo que pretenden es hacernos creer que con la apuesta, más teórica que práctica, por la enseñanza del inglés, vamos a acabar con el fracaso escolar, las llevamos claras.
Y no solo pretenden que los niños aprendan inglés. Quieren hacerlos bilingües. Pues vale. Podrán decir: I’m Spanish, I’m unemployed y que mucha más gente los entienda.
Pero aprender inglés no garantiza nada; No da la felicidad.
Nadie se confunda. Sigue leyendo…