Es muy sorprendente ver como poco a poco la realidad se va transformando en la televisión. Como el amarillismo periodístico consigue desplazar el origen de un problema hasta lograr que lo que antes eran metáforas bienintencionadas, burdo sensacionalismo o simple desinformación acabe con el paso del tiempo siendo poco menos que la madre del cordero.
Desde los famosos episodios de contaminación ocurridos en Madrid hace unos meses y que rápidamente fueron relacionados con la falta de lluvias y la presión atmosférica es bastante común ver/leer como parte de la información meteorológica se acompaña de frases del tipo: «el anticiclón dispara los niveles de contaminación«.
Hace un par de días ya los títulos sobreimpresos en pantalla pronosticaban tiempo seco y contaminación. Como parte indivisible de la climatología de la península.
Dejen pasar el tiempo. En unos años veremos como el tráfico y la industria son cada vez menos responsables, la televisión hablará de el azufrón de las Azores y los políticos (seguirán) mirando al cielo.
Y si esto les parece exagerado atiendan al parte de accidentes de tráfico y alucinen con los accidentes que se producen por culpa del viento, de la niebla, de la lluvia o de los quitamiedos de los puertos de montaña. Que mal conducen los cabrones.