Es más que probable que haya quien crea que hemos llegado a una situación de deterioro tal del sistema económico en el que vivimos, que no sea posible avanzar en la lucha por los derechos humanos sin que se produzca una ruptura «revolucionaria» de los pilares que soportan este sistema.
Es fácil llegar a la conclusión de que la naturaleza humana ande aún sometida a ciertos miedos «antropológicos» y pulsiones animales que condicionan su manera de discurrir.
Lo que durante siglos, milenios, fue terror a los fenomenos naturales, atmosféricos, hoy es pánico al final de mes. Si ayer nos encomendábamos al maestro espiritual para que nos librara de la caída del rayo, hoy muchos de nuestros líderes viven pendientes del maestro economista para que nos libre de la caída de la bolsa.
Si durante siglos, milenios, la tribus aceptaban como jefe al que tenía más capacidad de almacenar y ahorrar grano, hoy nos gobierna el Banco Mundial y el FMI, porque nos han hecho creer lo mismo. Sigue leyendo…