Un artículo de Eduardo Grüner, que ha enlazado en el FB mi amigo Gabriel Navarro, me ha parecido muy interesante y me ha llevado a elaborar una idea que desde hace tiempo me ronda la cabeza.

Estoy muy de acuerdo con Eduardo Grüner citando a Sartre, cuando afirma que la izquierda implica una posición ética, pero que ello no es suficiente y que es necesario «hacerse político» en el sentido de elaborar alternativa, y no solo negar el sistema, si queremos realmente transformarlo.

¿Qué es más importante en la sustancia aristotélica la materia o la forma? ¿Qué es más importante desde el punto de vista político y de los intereses de la izquierda, la defensa de un programa, de una ideología, o de las personas que lo han de desarrollar?

Sin lugar a dudas ambas posiciones (que se resumen muchas veces en el manido debate: ¿votar programa o votar personas?, sin ser antagónicas, presentan problemas diferentes.
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