En esta (rara) ocasión abundan las buenas películas, aunque se entiende que para compensar la mala es muy mala, muy rematamente malérrima.
True Grit
Acción, aventuras. Muy buena.
Excelente en todos los sentidos incluido el musical y especialmente la ambientación y el guión. Se nota que los hermanos Cohen tienen ya tablas y buen hacer en el tema de dirección, así como que detrás de la producción esté Steven Spilberg.
Una chavala (14 años) llega a un pueblo tratando de contratar a alguien que atrape y entregue a la justicia al que acaba de matar a su padre, con lo que llega a conocer a dos tipos que por diferentes motivos la acabarán ayudando.
No suelo recomendarlo, asi es que tengan en cuenta que es de las películas que ganan, y mucho, en versión original, especialmente por el protagonista (Jeff Brigdes) que además de estar ya mayorcito borda el papel marshall alcohólico muy desgastado y por el papel de la chica, una desconocida que hasta ahora solo ha hecho TV y que fijo que en adelante nos hartamos de verla.
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Los viajes de Gulliver
Comedia, aventuras. Muy mala.
Ignoro el perfil del público al que dirige Jack Black sus últimas comedias (sic), pero de una cosa estoy seguro, la edad de ese público se mide en dias no en años.
Iba a decir que es una película para que el lucimiento del protagonista, pero hay que tener muy mala leche para llamar a eso lucirse, en algo. Después de ver esta película y su anterior e igualmente lamentable «Año uno» os puedo asegurar que el manager-representante de Jack Black no entendió bien el sentido metafórico de la orden de: «quiero que me lances a las estrellas» y está consiguiendo lo que no consiguen los rusos: poner a un actor en órbita a guantazos.
Por supuesto cualquier relación entre la película y la novela es una lamentable coincidencia. No pierdan el tiempo. Sigue leyendo…