El otro día estuve reconstruyendo un hide para fotografiar aves en la sierra. Para no llamar demasiado la atención de la fauna local (incluidos los animales) estas tareas procuro hacerlas a última hora del dia, cuando empieza a oscurecer. Empiezo al ponerse el sol aprovechando los últimos rayos y en el espacio hasta que se hace de noche cerrada me suele dar tiempo para hacer remiendos, anclar vientos, camuflar laterales, limpieza, etc… en esta ocasión me quedé corto, las 23:30 y ahí estaba yo todavía, completamente a oscuras, palpando literalmente para hacer las cosas y terminar de una vez, en medio de una sierra deshabitada, con una carretera rural de nulo transito a 500mts cuando se puso a aullar a mi lado un zorro.
Llamar aullido a lo que hacen los zorros es una muestra generosidad de mi persona para con la fauna municipal. En realidad lo que sonaba era algo más parecido al sonido que produciría un perro agonizando después de un atropello. Si, exactamente: algo desagradable, inquietante… vaya que acojonaba aún sabiendo perfectamente que era.
Mientras iba terminando (cada vez más deprisa) y carraspeando (cada vez más fuerte) me puse a recordar voces de animales que, aún conociendolos, identificandolos sin genero de dudas y habiendolos oido en multiples ocasiones, acojonan si te pillan el monte a oscuras. Si no eres capaz de identificarlos entonces apaga y vamonos: caldo de cultivo para supercherias varias como os cuento a continuación.
(Ojo: estos audios contiene voces, gritos y ladridos, vigila tus altavoces y su volumen). Sigue leyendo…