Imagínense por un momento una situación como la siguiente: mes de Febrero, como cada año, al sur del rio Jucar los bares se llenan de ludópatas. Armados con un cubata imitación de garrafón atrancan las máquinas tragaperras de los bares de carretera. Al mismo tiempo, y también en la misma región comienzan a desprenderse de la pared los azulejos verdes que son múltiplo de 17 o 221. Al llegar Abril los ludópatas desaparecen y dejan de caerse solo los azulejos verdes para pasar a caerse todos, como siempre…
Si una situación así se produjese lo normal sería mostrar algún tipo de sorpresa o estupor ¿comoll? Entonces porque vemos con tanta naturalidad y normalidad que de repente, llegue el mes de agosto y Galicia se llene de pirómanos. ¿son acaso las enfermedades mentales como las margaritas? ¿estacionales? y si es una enfemedad, y no es algo voluntario, ¿no sería de esperar (que no de desear) que hicieran estragos durante todo el año?.
¿No sería lógico tambien pensar que las enfermedades mentales estuvieran influenciadas por la geografía y meteorología?. Llama la atención la densidad de pirómanos en aquellas latitudes (montes frescos, verdes y húmedos) comparada con la de Murcia/Almería (montes secos y «butaneros«). Es como si un señor nacido en La Gineta, provincia de Albacete, le cogiese miedo a las olas del mar. Hombre, pues seguro que alguno hay, como seguro es que la fobia le atosiga tanto en verano como en invierno. Eso por no hablar de las tormentas eléctricas y los rayos… que cuando se ceban, se ceban… y le cogen manía a un area calificada como terreno no urbanizables y pinpam pinpam pinpam… que se lo digan a Portugal que a cada año que pasa le caen más y más rayos. Van a acabar por no gastar ni en enchufes, con sacar el cable por ventana…