Se ha roto la tele. Y no me extraña, con lo que sale por ella.
Leí el otro día que en Sao Paulo, y no recuerdo dónde más, han prohibido todo tipo de publicidad en los espacios públicos de la ciudad -imponen además severas multas- porque ensucian (sin comillas) el paisaje urbano. En consecuencia comenzaron el año pasado a quitarlos de enmedio. ¿Por qué no empezamos a hacer lo mismo con ciertos anuncios en los canales de televisión? Su efecto es más dañino si cabe.
No digo yo que haya que prohibir la emisión de esos pequeños anuncios (pequeños en el número de veces que aparecen al día) que salen a diario en la tele. No. Esos no hace falta: no ensucian tanto. Pero yo prohibiría por ley el bombardeo sistemático del mismo anuncio: ¡¡Estamos hartos de FUEL FOR LIFE y del BANCO NARANJA de los cojones!! Eso debe ser considerado «spam» y, consecuentemente, prohibido.
¿Qué diríamos si emitieran 50 veces al día la imagen de Mariano Rajoy o, peor, de Zaplana, diciendo «El PP te da la vida; soy del PP; vótame»… una y otra vez, una y otra vez… acabarían en los tribunales, seguro… Pues lo otro igual.
Si es que dan ganas de ir a la tienda y comprar todo el FUEL FOR LIFE que tengan, y pegarle fuego con él a todos los Bancos Naranjas del mundo.