Vía Libro de notas descubro una extensa entrevista a uno de mis artistas favoritos, el fotógrafo Joan Fontcuberta en El Pais, precisamente en estos dias en que tanto se oye/lee acerca de la máquina que lee el pensamiento.
La exposición «Sirenas» [2000], que presentó en junio pasado en la Casa de las Conchas, en el II Festival Internacional de las Artes de Salamanca. Se inventaba el descubrimiento de fósiles de una especie desconocida de homínidos acuáticos, «Hydropithecus» parecidos a las sirenas de los cuentos. Y lo documentaba con fotos de un supuesto reportaje encargado por «Scientific American» y los testimonios del geólogo y sacerdote ¡Jean Fontana!
De los ocho periódicos locales, todos menos uno se lo creyeron. Alguno llegó a asegurar que el descubrimiento era más importante que Atapuerca. Luego escribieron cosas sobre la legitimidad de mi trabajo, pero no se cuestionaron su propia actuación.
Supongo que, como decía aquel, siempre subestimamos el número de gente estupida.
Mi trabajo es siempre una crítica de la información, de los mecanismos autoritarios en ella: por qué creemos más en la palabra escrita que en la dicha, por qué los museos otorgan impresión de certeza a los materiales que exponen y otros lugares no, por qué hay plataformas que tienen más verosimilitud que otras. Mi quehacer instaura un escepticismo activo. Pretendo colaborar a que la gente sea precavida; a que haga funcionar su sentido común, en definitiva.