¿Pero que esperaban? Todos los programas, noticieros (incluso los telediarios) la prensa y la radio preparando el partido del año. Entrevistas a famosetes y casi famosetes. El palco cuajado de altezas, bajezas y presidentes. El futuro de la nación aplazado hora y media. Cuotas de pantalla. Guerras publicitarias. Aeropuertos colapsados. Todo preparado y dispuesto, objetivo: hacer hervir la sangre a miles de adolescentes en plena explosión hormonal (que todo sea dicho de paso, necesitan muy poco para que les hierva la horchata)
Y por fin el partido. Y el mejor de los presagios se cumple. HEMOS GANADO. Que bien hemos jugado!! Las calles llenas de gente y coches, litros de alcohol, mobiliario urbano y comercial que pasa a mejor vida. Cargas policiales.
Han cargado la pistola de balas, se la han llevado a la sien, han puesto el dedo en el gatillo. ¿y ahora que? Pues a valorar perdidas.
Situación mas ó menos identica a la que se encuentra y se vá a enfrentar el PP. Tanto fragmentarse el estado, tanta avenida catastrófica, tanta división, que resulta chocante ver el rebote que se han cogido cuando les ha salpicado.
En Barcelona ya saben cuanto les vá a costar la victoria de ellos, a ver lo que tardan en sacar cuentas en la calle Génova. Aprender no creo que aprendan ninguno de ellos, a ambos les interesa generar ese ambiente de euforia y crispación, para a continuación lamentarse de la cosecha,… calientapollos.