Si alguien dudaba de la relación entre el gobierno regional del Partido Popular con las constructoras más importantes de la región murciana deje de hacerlo: la relación existe. Ahora veremos el grado de independencia del poder judicial para demostrar lo que más de uno intuímos: que la corrupción en Murcia es el pan de todos los días. Pan para hoy, eso sí… mañana ya veremos quién se las tiene que componer con una región con el suelo hipotecado, sin recursos energéticos suficientes para dar respuesta a tanta urbanización y tanto «resort». Y con una calidad en todos los servicios públicos lamentable, cada vez más, debido a la masiva e imprevista utilización de todos los inmigrantes que han acudido a la región (sea a currar, sea a rascarse la barriga al sol).
Dejaremos de lado aquello de que la cara es el reflejo del alma. Si eso fuera así, el actor de culebrón de arriba estaría condenado a los infiernos.
Solo comentar que al de la foto, el presidente de todos los murcianos y murcianas, Ramón Luis Valcárcel Siso, ya le ha salido un hermanísimo, cual Alfonso Guerra en su día: Carlos Valcárcel Siso. Y, digo, si existe justicia en Murcia, lo oiremos nombrar más adelante.