Esta mañana, a eso de las 8:30, de camino a mi nuevo trabajo (vuelvo a la cuenta ajena) me he cruzado con un grupo de pollos haciendo footing? y ataviados con comodos trajes de camuflaje de lona y manga larga (ideal para estas fechas), botas de cuero (¿para asustar ó dar pena?) y unas mochilas rellenas con algo que parecía decir: «…izquierda…quien me mandaría a mi!…derecha…quien me mandaría a mi!…».
Da gusto ver que todavía ahi gente que se esfuerza por levantar el país, habrían pensado si me hubiesen visto pasar por encima del puente, pero no parecian muy dispuestos a capaces de levantar la vista del suelo. Pobres, seguro que además les obligan a estudiar la entomofauna de la rambla de Benipila.
Me ha llamado la atención la cantidad de calvorotas que se veían pasar, y que en plena era de la informática y las tele-comunicaciones no estuviesen aprendiendo a formatear el disco duro del enemigo, en lugar de hacer el gilipollas. Aunque también es cierto que ejercito y comunicación aparece como antónimo en algunos diccionarios, en el mio por lo menos.