Y como pequeños aprendizes de brujo jugamos a la evolución pero no tenemos bien aprendida la evolección.

Por todas partes leemos los avances en el campo de la inteligencia artificial. Esfuerzos encaminados a desarrollar sistemas artificiales que imiten el razonamiento humano, que adquieran conciencia de sí mismos. Procesadores capaces de realizar operaciones aritméticas a una velocidad de vértigo, insuperablemente idiotas. Si se le pregunta a Deep Blue por la desviación magnética de los polos terrestres es capaz de resolverlo con fria precisión en unos segundos, ahora preguntenle eso mismo a un sistema realmente inteligente:

– «.. mandéee? ¿para que quiere eso jefe?»

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