Pelotazos fuera
sábado, 1 de abril de 2006Es muy lamentable que personas votadas (¡no elegidas!) por la gente para representarlas en las instituciones usen ese poder para enriquecerse ellas mismas. Pero igual de lamentable me parece que nos quedemos en ese plano de reflexión sin intentar profundizar un poco. ¿Dónde está realmente el punto débil de nuestro sistema, que permite que estos hechos se produzcan -se siguen produciendo, no nos engañemos- y tarden tanto en salir a la luz, y tan tímidamente?
Sin duda en la clase política.
En las democracias que llaman modernas o desarrolladas, el rol del político se puede resumir en dos aspectos indisolubles: uno, como Javier Ortiz dice al final de una entrevista en el periódico digital vieiros.com, es el de maquinista de la locomotora: puede conducir la locomotora con mayor o menor delicadeza, pero las vías las decide el poder económico. Y el otro papel, que muchas veces se pasa por alto, el de pedagogo. En un ayuntamiento, sin ir más lejos, en donde el alcalde es el primero en saltarse a la torera la legalidad vigente -o en interpretarla a su interés- para lucrarse, todo está perdido. Y no hay que ser muy listo para saber que de esta manera hay muchísimos ayuntamientos funcionando.
Es necesario, sin duda, que la justicia intervenga y sancione ejemplarmente a los que su desfachatez y desvergüenza les ha hecho ponerse en su punto de mira ellos solicos. Porque seamos conscientes de que el problema es que los principios vitales que rigen a la mayoría de nuestros paisanos son, siguen siendo, que el pelotazo es algo bueno, aunque te pillen. Y eso solo se puede empezar a romper con sanciones ejemplares.
Pero también es necesaria, cada vez más, una depuración de la clase política que no puede dejar de lado por más tiempo una reforma en profundidad de los partidos políticos:
1) Financiación transparente.
2) Elección/democracia interna de todos los cargos públicos.
3) Elaboración de listas electorales: abiertas y desbloqueadas.
Ese es el fondo del problema: esa reforma necesaria solo a ellos les compete realizarla… habrá que exigírsela más fuertemente.
rumm
#1/ 03 de May/2006 a 23:32:43
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No sé, no sé. Me parece un poco ingenuo tu planteamiento, sobre todo después de leer cosas como esta:
http://turcon.blogia.com/2006/032801-urbanismo-y-democracia.php
Miguel
#2/ 04 de May/2006 a 17:43:26
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Hola rumm,
¿Qué es más ingenuo: pensar que reivindicando que los partidos políticos adopten unas medidas de saneamiento y autocrítica interna -como yo digo- vamos a conseguir cierta regeneración democrática o pensar que con movilizaciones en la calle -como tú dices- vamos a conseguir que las constructoras vinculadas a los partidos políticos razonen y dejen de llevárselo crudo? No sé, no sé.
rumm
#3/ 07 de May/2006 a 00:07:11
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Hola Miguel,
No, seguro que no se va a conseguir que las constructoras dejen de llevarselo crudo. Eso lo tengo clarísimo.
Yo me refería a la Partitocracia. Me parece que hay poco que sanear ahí, está podrido del todo. El oscuro tema de la financiación de los partidos es la base de todo esto.
Y que un señor responsable de Urbanismo, llamémosle Urbanín el Mago, llegue mañana mismo y decrete que un "secarral" que valía 2 pesetas el metro, ahora es Urbanizable y vale chorrocientas míl el metro, es el meollo de la cuestión. Economía especulativa se llama a eso. O creación de valor, en términos + pijos.
27 de November, 2024 @ 06:42