Cum hoc ergo propter hoc
martes, 16 de marzo de 2010Cuando una persona quiere creer no hay razonamiento que valga, ó dicho de otra manera: cuando una persona está dispuesta a creer en algo (extraterrestres, divinidades, homeopatías,etc..) sin necesidad de pruebas demostraciones ó ni evidencias científicas no hay prueba, demostración ni evidencia científica que la pueda convencer de lo contrario.
Por esto soy bastante escéptico sobre los «exitos» a la hora de discutir con quien creen en Dios, en el poder telepático de un loro ó en la capacidad de predicción de terremotos de un gato. Dicen en Alt1040(para más inri en la sección de ciencias):
En 1755 el famoso filósofo Immanuel Kant observó como una gran cantidad de gusanos salieron a la vez de sus escondrijos bajo tierra cerca de Cádiz (España). Ocho días después Portugal sufría un devastador terremoto.
En 1975 funcionarios de la población china de Haicheng decidieron evacuar la ciudad tras observar que los animales empezaron a comportarse de manera inusual. Al poco tiempo un terremoto de 7,3 grados sacudió Haicheng destruyendo el 90% de los edificios.
El 25 de junio de 1966 la ciudad californiana de Parkfield se vio inundada por una ola de serpientes de cascabel que abandonaron en masa las colinas en las que viven normalmente. Dos días después Parkfield sufría un terremoto.
El 28 de febrero de 2001 gran parte de los gatos de Seattle se escondieron sin motivo aparente. Transcurridos dos días del suceso la ciudad era golpeada por un seísmo.
Poco antes de la gran tragedia sufrida en Haití el pasado día 12 de enero todos pudimos ver ese vídeo donde un perro sale corriendo como alma que lleva el diablo. Segundos después el edificio de oficinas en el que estaba comenzó a temblar como un flan.
Es decir, a esta persona, para creer en las capacidades de predección sísmica de los animales lo mismo le dá que un gusano salga 8 dias antes, que las serpientes entre dos dias antes, que un perro corra segundos antes. Según esto podriamos promulgar la
LEY DE LA PREDICCIÓN SÍSMICA
Cuando una animal cualquiera, en cualquier lugar, haga cualquier cosa, en un periodo de tiempo cualquiera anterior a un terremoto, se dára por cierta que:
- cualquier animal, desde la oruga al perro, es capaz de predecir un terremoto. Pero no las personas.
- cualquier animal es capaz de comprender la dinámica y resistencia de los materiales de construcción y el potencial peligro que esto supone en caso de terremoto.
- al predecir un terremoto los gatos y las serpientes entran en los edificios, los perros salen de ellos.
Muy acertadamente le responden al autor (Elias Notario) con una referencia a Cum hoc ergo propter hoc, que se podría traducir «Por lo tanto, y a consecuencia de esto«, una falacia lógica que afirma que dos sucesos que ocurren de forma consecutiva están relacionados.
No he podido evitar acordarme de esta secuencia de la película «Los hombres que miraban fijamente a las cabras» y que viene al pelo sobre este tema.
25 de December, 2024 @ 07:49