Tenemos la casa llena de arañas. Son de un grupo denominado «saltadoras», no recuerdo el nombre cientifico. Son muy chulas, pequeñitas y muy curiosas. No tejen telas. Viven en huecos que encuentran por la casa, y vagabundean por las paredes en busca de insectos o familiares cercanos.

Es divertido, ademas de entrenernos mas que la tele.

Despues de comer, cuando nos desparramados por el suelo del cuarto de estar, y empiezan a hablar del Real Madrid, siempre encontramos alguna patrullando por la pared.
Yo le doy animos y las piropeo para que no se desanimen. Ellas me miran con sus ocho ojos, y parece que les cambia la cara y todo:

– «Ya está el tio este dando el toston!!«

Ademas, tambien tenemos en el jardin una de esas antiguas pilas de lavar la ropa. Aquella hechas en piedra.Esta llena de agua que utilizamos para regar las macetas. Asi las salvamos del cloro.

Para que no criase mosquitos, soltamos dentro un nutrido grupito de Gambusias (gambusia affinis). Un pececillo yanqui que se introdujo en la peninsula a principios de los años 50 para combatir la malaria, y que es increiblemente resistente (casi terco) y prolífico. Les echamos de comer de vez en cuando, y la verdad es que les vá de miedo a juzgar por la abundancia de crias. En invierno mueren muchos. Pero ahora que llega el calor estan que se salen y ahi que aumentar los aportes de comida.

Ultimamente, y por miedo a que la capacidad de supervivencia de estos dos grupos se vea mermada, dadas las gigantescas dimensiones de las paredes de casa y las escasas posibilidades de que caigan muchos insectos al agua, me dedico a cazarles moscas.

Para eso hay portadas de la prensa que con infalibles. Algunas las tengo guardadas para casos de urgencia extrema, asi que cuando veo que las pequeñas saltadoras desfallecen o las gambusias andan inquietas, saco la portada de EL PAIS del 11 de Septiembre y les sacudo en vuelo.

No falla, caen como moscas…