Hay quien dice que el término «moro» no es peyorativo. Ni el término «gitano», ni el término «negro», ni tampoco «marica», porque aluden, dicen, a aspectos «objetivos» (sic) de la personalidad: «Si él es moro, es moro». O, bien, «si él es gitano, es gitano». No es un insulto, dicen. Pero lo es. Porque insultar es decir algo con la intención de ofender.
¿Qué necesidad tiene alguien de definir a otra persona bajo aspectos de su personalidad que esa persona no ha elegido?
¿He elegido yo ser moro, gitano, negro o marica? No. Pues nadie tiene por qué definirme a mi bajo ese epígrafe. Otra cosa es que yo me jacte de ser moro, gitano, negro o marica. Entonces sí.
Pero no es el caso. El caso que me ocupa tiene que ver con mi labor docente. Sigue leyendo…