Desde tiempos de la dominación árabe de Murcia, Santa Maria de la Arrixaca (del arrabal) ha sido una de las advocaciones marianas más antiguas de la península. Durante ese periodo incluso se llegó a mantener una ermita mozárabe en la cual los fieles cristianos la veneraban. En 1243, cuando Alfonso (que mas tarde sería conocido por rey Sabio) reconquistó Murcia, atribuyó a Santa Maria la victoria y le otorgo el patronazgo de la ciudad. Y así fue hasta principios del 1700.

En aquellos años, una terrible sequia asolaba Murcia, y la venerada Arrixaca no parecía conocer la palabras mágicas para acabar con aquello, con lo que otra virgen, de segunda division, empezó a ganar adeptos, la virgen de la Fuensanta.
El climax llegó en 1713. La Arrixaca seguia siendo la patrona de la ciudad, pero era la Fuensanta la encargada de clamar al cielo las ansiadas lluvias. Segun se cuenta, despues de la procesión de Enero de aquel año, cayó tal tromba de agua (cuentan que incluso llegó a nevar), que supuso el principio del fin de la Arrixaca. Se derribaron las dependencias del convento donde se custodiaba a la patrona, arrojada al rio, expulsados los frailes que la custodiaban y puestos a la venta todos los bienes. En 1731, la Virgen de la Fuensanta fue proclamada nueva patrona de la ciudad.

Hacemos a Dios (y la virgen) a nuestra imagen y semejanza y a nuestra necesidad. Por eso, hoy todavía, algunos se empeñan en corregir las sagradas escrituras, «la mujer le debe sumision a su marido», eso ya no se lleva.

A mi en estas situaciones se me debe poner la misma cara que a la Arrixaca cuando la llevaban en volandas al rio: «Que mierda de religion es esta que corrije las doctrinas del señor jesus según le viene en gana. El señor no desea que llueva, pues estaremos en el año de la lagartija». Asi que, y sin que sirva de precedente, por esta vez, me voy a hermanar con la virgen de la Arrixaca (del arrabal), y hacer mias las palabras que ella susurraba en aquella ocasión camino del Segura:

«Nunca formaré parte de una religión que admita a tipos como yo»

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