Cuando salíamos a pescar con el Kayak (ahora apenas pescamos ya al curricán) recuerdo alguna ocasión en que limpiando algún Espetón le extraiamos la vejiga natatoria. Es un órgano realmente curioso.

La vejiga natatoria es, literalmente, una bolsa llena de aire, como de plástico al tacto, alargada y situada bajo la protección de la espina. Muy elástica y resistente (puedes jugar con ella entre los dedos que no se desinfla fácilmente) es el órgano encargado de gestionar la flotabilidad de los peces que mediante presión muscular la «desinflan» ó la «inflan» a partir de gases producidos en el torrente sanguíneo. Cuando un pez, en un acuario, pierde la vejiga natatoria (normalmente por enfermedad) aparece posado en el suelo, quietos o moviéndose torpemente como a saltos. Cuando eso ocurre el pez tiene las horas contadas.

     
  Rascasio © Merche Sanz  
  Rascasio © Merche Sanz  

Claro que tambien hay ocasiones en que la vejiga natatoria es un incordio. Por ejemplo si eres una Rascasa ó un Blénido y aspiras a vivir agarrado a una roca flotar te sirve de bien poco. Estos dos peces han perdido por completo la vejiga natatoria, si se les tira al agua se hunden como un plomo. Los Blénidos incluso han cambiado las escamas por una piel mucosa y resbaladiza (de ahí el nombre de «Babosas«) y han transformado las aletas pectorales a unos rudimentarios deditos con los que se agarran al suelo.

     
  Blénido  
  Blénido  

Pulsa aquí para reemplazar la foto del Blénido por un vídeo con Rascasas.

También, si es usted un fotógrafo con intenciones de retratar alguno de los anteriores una vejiga natatoria para personas, o lo que los buzos comúnmente llaman «chaleco de buceo«, puede llegar a ser una verdadera tortura. Para alguna de las fotografías de aquí arriba, y desesperado como estaba por ser incapaz de quedarme quieto en el sitio (sin que me arrastrase la corriente) opte por desinflar considerablemente mi «chaleco-vejiga» para que el cinturón de plomos hiciese su trabajo y yo lograse mantenerme quieto en el sitio, al menos un instante en el que hacer una foto.

Luego me costaría lo mio «remontar el vuelo«, reinflar el chaleco-vejiga, y maldecir a las cuatro corrientes: lo de ser liviano como una pluma debajo del agua es un auténtico coñazo!