Franguita

Ha dicho Julio Anguita que ( «España quedará como Frankestein con la modificación de 17 estatutos de autonomía a la vez». Anguita critica la reforma porque, según él, le falta «visión de conjunto»; debería hacerse «con un solo cambio de la Constitución». Le ha faltado decir: «al grito de abracadabra».

Lo que le pierde a Anguita, entre otras cosas, es el centralismo, como ya demostró al frente de IU y del PCE. Es incapaz de entender que la negociación del estado con las autonomías para decidir nuevas cotas de descentralización se puedan llevar a cabo a diferente ritmo. A él, por lo que parece y quizá por ser hijo de guardia civil, le va más lo del toque de pito.

Yo, la verdad, no es que entienda mucho de leyes de autonomía. No he leído ninguna ni creo que lo haga. Pero, sinceramente, confío (y no es algo infundado) en que el gobierno de ZP está negociando con cada una con las máxima justicia: teniendo en cuenta sus peticiones y sus necesidades. Opiniones hay y habrá para todos los gustos, así que… al tiempo.

No me sorprende nada que Anguita le haga el caldo gordo a Rajoy y los suyos. Representa a la perfección uno de los principales males de la izquierda tradicional española: la pureza ideológica. Porque hay que ser muy bruto para no darse cuenta de que la idea federalista, que el gobierno ZP está colando de rondón, todo hay que decirlo, o se hace así, o no se hace. Y, la verdad, no sé si esto es lo que le jode a Anguita: que al final haya venido un desconocido a desarrollar silenciosamente las ideas que él mismo se ha desgañitado en defender. ¿Que podría haberse hecho de otro modo? Puede ser. Pero si por él y los suyos hubiera sido, nunca lo hubiéramos sabido.

De todas maneras, Frankestein es un tipo simpático ¿no os parece?