Muchos os acordareis de aquel “test casero” que hice para medir el consumo de agua al fregar. Vino dado a cuenta de unos análisis técnicos ó estudios que cada cierto periodo de tiempo saltan a la palestra y tienen un sorprendente eco mediático tratando de demostrar las bondades económicas/ecológicas (esto último hasta la sopa) de los electrodomésticos para lavar la vajilla de casa y su rentabilidad compara con la fregaza tradicional hecha a mano.
Aquel apunte mío trajo alguna cola por aquí y en Menéame.net donde mucha gente la votó como errónea (sic) supongo que porque se esperaban un sesudo análisis científico-técnico y se encontraron con tipo que se graba mientras friega para medir los litros consumidos a ojímetro ó directamente decían que no sabía fregar (cuando el nene señala al jabón el tonto mira la espuma).

No descarto repetir el experimento con algo más de precisión, con nuevas variables e invitando a alguna notaria de buen ver a pulsar el botón REC de mi videocámara, pero antes me gustaría que me volviesen las dudas que tenía entonces sobre la rentabilidad (ó falta de) y esto es algo que, aún con todas las imprecisiones de susodicho test casero me quedó meridianamente claro: es mucho más rentable fregar a mano que con lavavajillas.

Ayer Clemente Álvarez del blog Ecolaboratorio del El Pais volvió al tema en su artículo Paradojas ambientales de un lavavajillas a raiz de un estudio de la OCU en la que “demuestra” la rentabilidad del lavavajillas frente al lavado a mano.

En realidad los datos que aporta la OCU vienen siendo los mismo que hace dos años cuando escribí mi apunte, ninguna novedad relevante. Se repite incluso el más chirriante de todos, aquel estudio que aseguraba que un usuario de Madrid consume 87 litros de agua y 3000 kWh de electricidad para hacer la fregaza a mano: vamos, una bañera de agua y un radiador de los muy potentes a máxima potencia durante una hora (no quiero ni pensar el pobre desgraciado que viva en el piso debajo de semejante piscina de fregar).
No, básicamente aparecen los mismo datos más uno nuevo, más disparatado si cabe que todos los anteriores juntos: se sugiere que es más rentable comprar un lavavajillas nuevo que alargar la vida del viejo en cuanto los nuevos modelos emergentes consuman menos que el viejo. Ouh yeah! creo que a Don Limpio empezó a crecerle el pelo después de leer eso.

Me niego a comentar este último dato, no quiero alargarme con el tema más de lo hecho hasta ahora, como digo, no tengo lavavajillas ni interés alguno en montar una cruzada contra ellos. Como he dejado dicho en el blog de Clemente Álvarez a parte de mi experiencia hay faltan muchos detalles que me llevan a desconfiar profundamente y rechazar esos análisis:

  • Los análisis son tendenciosos y claramente deficitarios. Divagan sobre las diferencias de gasto eléctrico entre un lavavajillas que consume 0,9 kWh y otro de 1,4 kWh, pero en ningún momento se plantean los cientos/miles de euros que valen estos electrodomésticos.
  • Son desequilibradas. No se compara contra el mejor fregaplatos humanos, sino el mejor y más avanzado lavavajillas contra el usuario medio (que a todas luces es un medio-bajo tirando a muy torpe). Es como si para demostrar lo bien que DeepBlue juega al ajedrez lo pusiéramos a jugar contra el españolito medio… vamos, unas risas…
  • Los análisis no entrar a comparar en ningún momento los precios ó diferencias de precios de detergentes/abrillantadores/antical ni por su puesto el precio de la huella ecológica de unos detergentes mucho más caros en todos los sentidos.
  • Por supuesto tampoco se gravan los precios del mantenimiento técnico eléctrico y de fontanería, instalación,etc. Frente a la instalación de un grifo y un fregador…. que también va a tener que instalar.
  • Tampoco se cuentan los enjuagues previos de la vajilla (que SÍ recomiendan los fabricantes antes de usar el aparato) ni los gastos que sigue produciendo el fregadero y su frigo ya que el lavavajillas no reemplaza el consumo manual sino que lo reduce
  • Se obvian factores como calidad de limpieza y la higiene de la vajilla/cubertería que (conviene recordar) son el principal motivo de la fregaza. (aprovecho para retar a cualquier lavavajillas de última tecnología a dejar un vaso más limpio que yo lo dejo con agua fría y un detergente Mercadona contra el detergente, abrillantador, antical y agua a la temperatura que prefiera).
  • Se obvian detalles como que una familia con un consumo normal es más que probable que NO produzca los suficiente para llevar el lavavajillas y justificar/rentabilizar su uso. ¿Que harán cuando después de recoger la mesa el lavavajillas esté al 70%? ¿y si hay para llegar un lavavajillas y medio? ¿esperarse a llenarlo? ¿fregar a mano? Ya no es la rentabilidad del electrodoméstico a plena carga que decía el fabricante ¿verdad?.
  • Se habla de ecología en la producción, en el desarrollo, en la recogida… Pero no es acaso más ecológico que sea el usuario quien directa y en primera persona se implique en el ahorro energético que conlleva su actividad diaria sin tener que comprar esa responsabilidad a Balay, Fagor ó Siemens con un cheque al portador?

Ojo, no veáis esta postura mia como algo parecido a una militancia ecológica fundamentalista frente a la creciente deshumanización de la tecnología ni nada por el estilo. Soy muy consciente de que los lavavajillas son y serán siendo muy útiles en mucho sitios, centros públicos, empresas e incluso en hogares de familias numerosas, etc… pero hoy por hoy, en un hogar familiar normal, de pocos miembros, con una actividad standard, vaya la familia a la que van dirigidos estos estudios de la OCU un lavavajillas es un gasto extra, no pequeño precisamente, un despilfarro innecesario y perfectamente prescindibles.