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Thomas Kuhn. Teoría de las revoluciones científicas

Otra aportación importantísima al estudio del método científico es la del físico y filósofo estadounidense Thomas Kuhn (1922 – 1996) y su teoría de las revoluciones científicas.

Kuhn, en la misma línea de los filósofos de la ciencia Hanson R.D., Putnam H. y Chalmers, A., afirma que el hecho de que la ciencia comience con la observación no es del todo exacto, o por lo menos es ingenuo, dando la razón a Nietzsche, F (1844 – 1900), con su observación de que no existe una percepción inmaculada de los hechos; la observación está cargada de teoría. Todos los científicos operan dentro de una cosmovisión, una visión del mundo y de las cosas, una escala de valores, una estructura o armazón de presupuestos básicos que Kuhn llama paradigmas.

La actividad científica se encuadra dentro de un paradigma, se trata de la ciencia normal. Según Kuhn, en su libro La estructura de las revoluciones científicas:

“Ciencia normal significa investigación basada en uno o más logros del pasado, logros científicos que alguna
comunidad científica en particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su práctica
posterior…, simultáneamente fue lo suficientemente amplia y general para dejar toda clase de problemas
para que los resolvieran posteriormente.

De aquí en adelante, me referiré a los logros que comparten estas dos características, como paradigmas,
término que se relaciona con el de ciencia normal. Al elegirlo, quiero sugerir que incluyen ley, teoría, aplicación
e instrumentación a la vez, proporcionan modelos de los cuales surgen tradiciones particulares, coherentes
de investigación científica. Éstas son las tradiciones que describe el historiador como astronomía ptolemaica,
copernicana, dinámica aristotélica o newtoniana, óptica corpuscular u óptica de ondas y otros similares”.

Estos periodos de ciencia van cediendo paso a periodos de crisis, cuando surgen acontecimientos que no se pueden explicar en el paradigma anterior. El paradigma no puede apoyar una investigación, los puntos de vista opuestos saltan a la vanguardia y se produce lo que Kuhn llama ciencia extraordinaria, que termina alcanzando el consenso de la comunidad científica. Los científicos se ponen de acuerdo en aceptar otro paradigma, es una revolución científica. El nuevo paradigma debe explicar las áreas anómalas de investigación.

Escuchemos de nuevo a Kuhn:

“Confrontados con anomalías o crisis, los científicos toman una actitud diferente hacia los paradigmas existentes
y la naturaleza de su investigación cambia de acuerdo a esto. La proliferación de artículos en competencia, la
voluntad de probar cualquier cosa, la expresión de un descontento explícito, el recurrir a la filosofía o al debate
sobre los fundamentos; todos estos son síntomas de una transición de la investigación normal a una extraordinaria”.

La revolución que implica la adopción de un nuevo paradigma no es sólo un cambio de teoría, una explicación diferente que se ve inserta en las antiguas; las revoluciones son cambios radicales, cambios de forma o Gestalt en la opinión mundial de la comunidad científica, como si los científicos vieran los hechos por primera vez, es un cambio gestáltico o cambio de paradigma, que Kuhn ejemplifica de la siguiente manera:

“Los que eran patos en el mundo científico antes de la revolución son conejos después. El hombre que primero
vio el exterior de la caja desde arriba ve más tarde el interior desde abajo… Mirando un plano topográfico, el estudiante
ve líneas sobre el papel, el cartógrafo una figura de un terreno. Mirando una fotografía de una cámara de burbujas
el estudiante ve líneas confusas y cortadas, el físico un registro de sucesos subnucleares familiares”.

Estas afirmaciones de Kuhn, han provocado fuertes reacciones en contra, puesto que según esta concepción de la ciencia, la realidad está constituida en parte por el mismo paradigma desde el que se la observa, nos encontramos ante un cierto relativismo y subjetivismo, en el que la ciencia pierde bastante de su supuesta objetividad y racionalidad, tambaleándose asimismo la extendida creencia en el progreso científico.

“Los científicos –prosigue– aceptan un nuevo paradigma por toda clase de razones”

Las revoluciones científicas son bastante parecidas a las revoluciones sociales.