Siempre he estado a favor del progreso tecnológico. Lo cual no deja de ser una gilipollez, porque viene a ser como estar a favor de que las peras caigan de los árboles, pues mira que bien. Si yo tambien estoy a favor de que llueva y en contra de morirme. Pero es que ultimamente, estos avances me estan haciendo la vida imposible.

Primero fueron lo que algunos llamaban pseudo-sistemas de inteligencia artificial, y no estoy hablando de nuestro Presidente. Empezamos bien. Se puede ser tonto, listo, culto o inculto… pero ¿pseudo-inteligente, que coño significa? ¿Que un poco mas y ya no es tonto del culo? ¿es Ana de Palacio pseudo-inteligente o pseudo-tonta? No sé.
Al Word de Microsoft, le escribias “Quer…” y su sistema de ¿inteligencia? escribía: Queridos Papa y Mama. Pero vamos a ver. ¿Realmente alguien le escribe cartas a sus padres? ¿De verdad que hubo una reunion del departamento de Marketing de Microsoft para resolver el final de la frase Quer…?

Ahora, desde que han inventado los vehiculos controlados por la mente ya no funciona nada.
Por las mañana me pasaba horas intentando arrancar el coche, pero no habia manera, así que he decidido ir andando al trabajo. El Metro no sabes si va a parar, y la linea 129 de autobuses termina invariablemente en El Retiro echando de comer a los patos. Por la calle es un espectaculo. No falta un dia en que pasa una tia buena seguida de cerca por 8 o 10 sillas de ruedas motorizadas, cuyos ocupantes se empeñan en rectificar su rumbo. Parece la version moderna del Flautista de Hamelin. El subconciente es que es muy cabrón.

Cuando por fin llego a la oficina, y convenzo al ordenata para que arranque, lo primero que hace es enviar un email a presidente@moncloa.es cargado de insultos, a cual ellos mas soez. Una vez a concluido, me inicia el Quake y me tengo que pasar toda la mañana sin dar un palo al agua. Estoy deseando que tambien llegue la inteligencia artificial a Windows.

La peor parte se la lleva nuestro presidente Aznar, y es que desde que al portero de Moncloa le pusieron un brazo ortopédico, cada mañana le mete una colleja que lo dobla. El portero se deshace en disculpas, y ya lo habrian echado a la calle si el ordenador de la sección de personal no le hubiera hecho un contrato blindado muchimillonario.